La cámara más potente del mundo acaba de compartir su primera imagen espacial, y los 5 gigapíxeles de detalle son impresionantes

A composite image from the Vera C. Rubin Observatory, mapping the Trifid and Lagoon Nebulae
(Crédito de imagen: NSF–DOE Vera C. Rubin Observatory)

  • El Observatorio Vera C. Rubin ha publicado su primera imagen de resolución completa
  • Se capturó utilizando una cámara digital ultrapotente de 3.200 megapíxeles
  • El telescopio escaneará el cielo en busca de materia oscura, asteroides y el Planeta Nueve

¿Se imaginan cómo se vería una imagen capturada con una cámara de 5 gigapixeles? No te preocupes, ya no te la tienes que imaginar.

La cámara digital más potente del mundo ha tomado sus primeras fotos, que revelan el cosmos con asombroso detalle. En el marco de la campaña "First Look" del Observatorio Vera C. Rubin, la imagen compuesta capta una vista panorámica de las nebulosas Trífida y Laguna, una región en la que se están formando nuevas estrellas.

Las imágenes proceden de la cámara digital más grande jamás fabricada. Con una resolución de 3.200MP, es el componente central del telescopio del Observatorio Rubin, en Chile. Al captar una escena a unos 4.000-5.000 años luz de la Tierra, las imágenes ofrecen una visión espectacular de la maquinaria de creación de estrellas de nuestro universo.

La imagen a tamaño completo, que puede descargarse aquí, se compone de 678 exposiciones individuales, de unos cinco gigapíxeles en total. Una mirada más atenta revela nubes estelares de polvo y gas con colores y detalles impresionantes. Sin embargo, más impresionante que la escala es la rapidez con la que el observatorio produjo la imagen: sólo tardó 7,2 horas.

Esto hace que el Rubin sea único entre los telescopios espaciales. Al trabajar con rapidez y cubrir un campo de visión muy amplio en cada imagen, es capaz de cartografiar grandes áreas en poco tiempo. Los resultados son tan valiosos científicamente como bellos. Al revelar regiones del universo con mayor profundidad, permiten a los investigadores avanzar en el conocimiento de nuestro entorno cósmico.

Todos los ojos al cielo

Vera C. Rubin Observatory telescope pictured during the First Look observing campaign.

Telescopio del Observatorio Vera C. Rubin fotografiado durante la campaña de observación First Look. (Image credit: RubinObs/NOIRLab/SLAC/NSF/DOE/AURA/T. Matsopoulos)

Estas primeras imágenes marcan el comienzo de una nueva era en astronomía. El Observatorio Rubin está a punto de iniciar el Legacy Survey of Space and Time (LSST), una misión de diez años para cartografiar el cielo nocturno con un detalle sin precedentes. Se trata de un proyecto que podría cambiar radicalmente nuestra comprensión del universo, no sólo por lo que revela, sino por la frecuencia con que lo hace.

A diferencia de los observatorios tradicionales, que se centran en estrechos sectores del espacio, el telescopio Rubin está diseñado para escanear todo el cielo del hemisferio sur cada tres noches. La cúpula se reposiciona rápidamente para cubrir los cielos, capturando imágenes más de una vez por minuto durante unas diez horas. Esta cadencia regular permitirá a los astrónomos detectar más fácilmente los cambios.

El observatorio está situado en la cima del Cerro Pachón, en el norte de Chile. La ubicación remota, la gran altitud y el clima seco crean unas condiciones casi perfectas para la astronomía: el aire más fino y la falta de contaminación lumínica permiten al telescopio aprovechar los cielos nocturnos más claros y oscuros. Esto proporciona al Observatorio Rubin una amplia ventana de observación.

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Durante su fase de pruebas, detectó más de 2.000 asteroides desconocidos hasta entonces en sólo 10 horas, lo que pone de relieve el potencial del telescopio como sistema de alerta temprana para nuestro planeta.

También se espera que el observatorio desempeñe un papel destacado en la búsqueda del hipotético Planeta Nueve, un enorme cuerpo celeste que algunos científicos creen que se esconde en el lejano borde de nuestro sistema solar. Su potente óptica y su amplio alcance hacen del telescopio Rubin la herramienta perfecta para detectar lo que se esconde más allá de la órbita de Plutón.

Pero quizá el objetivo más ambicioso del Rubin se refiera a lo que no se ve. Al captar datos de innumerables galaxias, el observatorio ayudará a los investigadores a hacerse una mejor idea de la invisible materia oscura que constituye la mayor parte del universo, y de la misteriosa energía oscura que provoca su expansión.

La clave de la misión es la propia cámara, la más grande jamás instalada en un telescopio. Con el tamaño de un coche pequeño, capta una porción del cielo equivalente a 45 lunas llenas en una sola toma.

Se espera que Rubin genere más de 60 petabytes de datos a lo largo de su estudio. Corresponderá a la comunidad científica mundial analizar los resultados y descifrar sus secretos.

Antonio Quijano
Editor
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