He cambiado mi TV LG C2 OLED por la LG G3 OLED, y ha sido la mejor decisión de mi vida

La Sirenita reproduciéndose en dos televisiones a la vez en la misma habituación
(Crédito de imagen: Future / Disney)

Lo más normal es que si ves la imagen de portada de este artículo te parezca sumamente ridículo, ya que tener en un salón dos televisores LG OLED de 77 pulgadas es algo absurdo. Sin embargo, todo tiene una explicación. Y es que me acabo de comprar la nueva LG G3 OLED, pero todavía está en mi salón mi anterior LG C2 OLED, la cual he vendido en segunda mano pero todavía no han recogido.

Ahora bien, me ha costado mucho, pero dejadme deciros que el LG G3 OLED TV es sin duda el mejor televisor que he tenido. Y lo llevo usando desde hace 10 días.

Antes te habría dicho que el LG C2 OLED era el mejor televisor que había comprado nunca y que encabezaba la lista de TechRadar de los mejores televisores prácticamente desde su lanzamiento. Era un aparato fabuloso cuando lo compré, y sigue siendo un televisor increíble ahora... a pesar de que estoy a punto de empaquetarlo y entregárselo a su nuevo propietario, probablemente para cuando leáis esto.

Tal y como pudimos comprobar al probar el LG G3 OLED, este asombroso televisor supera a casi todos los televisores OLED anteriores. Gracias a su tecnología Micro Lens Array (MLA) de aumento del brillo, es capaz de alcanzar un brillo HDR máximo en una ventana blanca del 10% de más de 1.400 nits en nuestras mediciones (de la versión de 65 pulgadas). El único otro televisor OLED que hemos visto alcanzar estos niveles de brillo que rivalizan con los QLED hasta ahora es el brillante Samsung S95C, que utiliza tecnología de puntos cuánticos para alcanzar su nivel de vivacidad (aunque estamos a punto de probar el Panasonic MZ2000, que también debería estar en el mismo nivel). 

Por dar algo de contexto, el LG C2 ofrece poco más de 800 nits de brillo. Su sucesor de este año, el LG C3 OLED (que sigue siendo excelente), alcanza lo mismo. Es una gran diferencia con respecto a los 1.400 nits del LG G3 OLED.

Sobre el papel, el LG G3 representa el mayor aumento de brillo de un año a otro con respecto a cualquier televisor OLED que haya fabricado la empresa surcoreana.

Pero, ¿qué hay de la experiencia en la vida real? Me complace decir que las afirmaciones de LG sobre su nueva tecnología parecen dar en el clavo. Al menos, según las pruebas que he podido realizar gracias a que he tenido la G3 y la C2 durante la última semana y pico.

Una imagen dividida que muestra Los Vengadores: Endgame en dos televisores, el LG G3 se ve más brillante que el LG C2

El LG G3 de la izquierda es tan brillante, que la cámara de mi teléfono apenas es capaz de captarlo. Se ve increíble en la vida real. (Image credit: Future / Marvel Studios)

Brillo infinito

Mientras preparaba este artículo, hice 46 fotos comparativas del LG G3 y el LG C2, lo que supuso todo un reto, ya que tengo un perro de 18 meses que se volvía loco cuando veía su reflejo en este último. Por suerte, gracias al nuevo revestimiento antirreflejos, el G3 no es ni de lejos el espejo gigante en el que se puede convertir el C2 en una habitación muy iluminada por el Sol.

Hacer tantas fotos suena obviamente a exageración obsesiva, pero ha sido una auténtica gozada ver lo mucho más brillante que es el G3 en comparación con el modelo anterior en prácticamente todos los escenarios de visualización a los que he sometido a ambos televisores. 

Aunque puede que no sea muy evidente en las diversas fotos que aparecen en este artículo, en el mundo real, el LG G3 OLED casi ridiculiza al C2 en lo que al brillo se refiere. En primer lugar, enfrenté a los dos televisores con algunos de los mejores juegos de PS5 y, a continuación, con las mejores películas y series de Disney+. El G3 fue el claro vencedor el 90% de las veces.

La primera pantalla con tecnología MLA de LG y sus miles de millones de diminutas lentes convexas producen un efecto pop apreciable al instante. Durante mis pruebas, el G3 superó a mi C2 en todos los aspectos. Cuando se mezclan los infinitos niveles de negro por los que el OLED es históricamente famoso con un brillo tan LED, los resultados son asombrosos. 

Ya sea entrecerrando los ojos mientras el sol roza los tejados de los rascacielos futuristas de Cyberpunk 2077 o dejándose cautivar por la absurdamente brillante piel morada de Thanos en Vengadores: Infinity War, las comparaciones a fotograma congelado entre los dos televisores LG dejan al C2 con un aspecto casi opaco en cada enfrentamiento.

Star Wars Ahsoka reproduciéndose en dos pantallas

(Image credit: Future / Disney)

El futuro de las OLED está aquí

Otras producciones más recientes, como el spin-off Star Wars: Ahsoka, Avatar: El Sentido del Agua o la reciente adaptación live-action de Disney de La Sirenita, hacen que el LG G3 OLED se exhiba en su máximo esplendor. Tanto si se trata del brillante rostro anaranjado de la proscrita Jedi como de las prístinas aguas del reino acuático de Ariel, el televisor premium de la compañía es a menudo asombrosamente vívido. 

Tal es el aumento del contraste gracias al mencionado revestimiento antirreflejos y a los niveles de HDR enormemente elevados, que el aumento del brillo percibido en el mundo real es transformador en comparación con el antiguo LG C2.

No me malinterpretes, el privilegio de actualizarme a esta televisión viene con un elevadísimo precio, y solo la he podido comprar por una serie de circunstancias, y por supuesto, a plazos. Y si estás entrecerrando los ojos al ver estas fotos comparativas y te cuesta distinguir la diferencia porque en el fondo ambos siguen siendo sensacionales televisores OLED, no te culpo. 

Mis extractos de tarjeta van a ser muy dolorosos los próximos tiempos, sin duda. Sin embargo, después de una experiencia tan corta pero transformadora disfrutando del resplandor abrasador del LG G3 OLED, no me arrepiento de nada.

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Anastasia Lazaridis
Editora

Soy ingeniera informática y editora del equipo de TechRadar España. Me gusta todo tipo de tecnología, pero los ordenadores son mis dispositivos preferidos. Además de escribir sobre ellos me encanta arreglarlos, al fin y al cabo, pueden llegar a estar tan locos como yo.

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