¿Le comprarías a tu hijo una Barbie con ChatGPT? La idea de un "Pequeños Guerreros" en la vida real me preocupa

Small Soldiers
(Crédito de imagen: Getty Images)

Mattel se está asociando con OpenAI para construir juguetes con IA, lo que podría dar lugar a una diversión increíble, pero también suena como la premisa para un millón de historias de cosas que pueden salir mal.

Para que quede claro, no creo que la IA vaya a acabar con el mundo. He utilizado ChatGPT de mil maneras, incluso como ayuda para mis actividades como padre. La IA me ha ayudado, entre otras cosas, a idear cuentos antes de dormir y a diseñar libros para colorear. Pero eso lo he usado yo, no lo he abierto a la interacción directa con los niños.

El anuncio oficial es muy optimista, por supuesto. Mattel dice que está llevando la «magia de la IA» a la hora de jugar, prometiendo experiencias creativas, seguras y adecuadas a la edad de los niños. OpenAI dice estar encantada de ayudar a potenciar estos juguetes con ChatGPT, y ambas empresas parecen decididas a posicionar esto como un paso adelante para el juego y el desarrollo infantil.

Pero no puedo evitar pensar en cómo las conversaciones de ChatGPT pueden derivar en extrañas teorías conspiratorias, salvo que de repente sea una muñeca Barbie la que hable con un niño de ocho años. O un GI Joe que pasa de mensajes positivos como "si estudias serás lo que quieras" a la minería de criptomonedas, sólo porque algún niño de seis años oyó la palabra "blockchain" en algún sitio y pensó que era un arma genial para el juguete.

Como habréis notado por la imagen superior, lo primero que pensé fue en la película Pequeños Guerreros. ¿La peli regulera de 1998 sobre un ejecutivo de una empresa de juguetes que decide ahorrar dinero instalando chips de inteligencia artificial de grado militar en los muñecos de acción, lo que lleva a los juguetes a organizar una guerra de guerrillas? Sí, era una exageración, y no estaba mal. Pero, por exagerado que pueda ser el resultado, es difícil no ver el potencial caótico de instalar IA generativa en los juguetes con los que los niños pueden pasar mucho tiempo.

Entiendo el atractivo de la IA en un juguete, de verdad. Barbie podría ser algo más que una muñeca a la que vestir, podría ser una conversadora curiosa e inteligente que puede explicar misiones espaciales o jugar a ser una docena de personajes diferentes. O podría ser un coche de Hot Wheels que comenta la pista que le has construido. Incluso puedo imaginarme la IA en Uno como un deckpad que enseñe a los niños más pequeños estrategia y deportividad.

Pero creo que los modelos de IA generativa como ChatGPT no deberían ser utilizados por niños. Pueden reducirse en aras de la seguridad, pero llega un momento en que dejan de ser IA para convertirse en un conjunto bastante sólido de respuestas planificadas de antemano sin la flexibilidad de la IA. Eso significa evitar las rarezas, las alucinaciones y los momentos de inoportunidad involuntaria de la IA que los adultos pueden ignorar pero que los niños podrían absorber.

Jugando con la IA

Mattel lleva mucho tiempo en esto y sabe lo que hace, en general, con sus productos. No les conviene que sus juguetes se vuelvan un poco locos. La empresa afirma que integrará la seguridad y la privacidad en todas las interacciones con la IA. Prometen centrarse en experiencias adecuadas. Pero «apropiadas» es una palabra muy resbaladiza en la IA, especialmente cuando se trata de modelos lingüísticos entrenados en Internet.

ChatGPT no es un sistema de bucle cerrado creado para juguetes. No se diseñó específicamente para niños pequeños. E incluso cuando lo entrenas con directrices, filtros y módulos de voz especiales, sigue basándose en un modelo que aprende e imita. También está la cuestión más profunda: ¿qué tipo de relación queremos que tengan los niños con estos juguetes?

Hay una gran diferencia entre jugar con una muñeca e imaginar conversaciones con ella y crear un vínculo con un juguete que responde de forma autónoma. No espero que un muñeco se convierta en Chucky o M3gan, pero cuando difuminamos la línea entre compañero de juegos y programa, los resultados pueden ser difíciles de predecir.

Utilizo ChatGPT con mi hijo del mismo modo que utilizo las tijeras o el pegamento: una herramienta para su entretenimiento que yo controlo. Yo soy el guardián, y la IA integrada en un juguete es difícil de controlar de esa manera. El muñeco habla. El coche responde. El juguete funciona, y los niños pueden no darse cuenta de nada porque no tienen la experiencia.

Si la IA de Barbie tiene un fallo, si GI Joe se desliza de repente hacia oscuras metáforas militares, si un coche de Hot Wheels dice algo raro al azar, los padres no se enteran hasta que lo han dicho y asimilado. Si no nos sentimos cómodos dejando que estos juguetes funcionen sin supervisión, es que no están preparados.

No se trata de prohibir la IA en la infancia. Se trata de saber distinguir entre lo que es útil y lo que es demasiado arriesgado. Quiero que la IA en el mundo de los juguetes esté muy restringida, igual que un programa de televisión dirigido a niños pequeños está cuidadosamente diseñado para ser apropiado. Esos programas no se salen del guion (casi nunca), pero el poder de la IA está en escribir su propio guion.

Puede que suene demasiado duro, y Dios sabe que ha habido otros sustos con juguetes tecnológicos. Los Furbies eran espeluznantes. Elmo parlante tenía fallos. Las Barbies parlantes tenían frases sexistas sobre la dificultad de las matemáticas. Todos problemas que podrían resolverse, excepto quizá el de los Furbies. Creo que la IA en los juguetes tiene potencial, pero seré escéptico hasta que vea lo bien que Mattel y OpenAI navegan por ese estrecho camino entre no usar realmente la IA y darle demasiada libertad para que sea un mal amigo virtual para tu hijo.

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Antonio Romero

Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?

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