Mi salón (y mi cuenta bancaria) no están preparados para la PS5 Pro
Los beneficios no merecen la pena
Sony ha dado en el clavo esta generación. La PS5, aunque sigue siendo difícil de comprar, es una consola excepcional. Incluye montones de funciones de gama alta y ofrece una excelente gama de juegos exclusivos. Es el sistema técnicamente más logrado que ha implementado el fabricante japonés. Entonces, ¿realmente necesitamos una PS5 Pro?
La PS5 ya ofrece una experiencia de gama alta que un modelo actualizado apenas podría mejorar. Sony ha hecho un gran trabajo dotando a su consola actual con suficientes funciones nuevas como para que una PS5 Pro parezca innecesaria.
La PS5 que tenemos ahora es mucho más que su biblioteca de juegos. La compatibilidad con la realidad virtual, la tasa de refresco de hasta 120Hz, las unidades de almacenamiento SSD NVMe Gen 4 y los tiempos de carga ultrarrápidos, convierten a la consola actual en una enorme mejora técnica respecto a la PS4. El fenomenal mando DualSense es la guinda del pastel, y ofrece una experiencia de juego totalmente preparada para el futuro.
Para mejorar la PS5 estándar, Sony tendría que introducir algunas mejoras importantes en la PS5 Pro. Pero estas mejoras probablemente no serán baratas y es casi seguro que aumentarán el coste total de esta consola, que ya es suficientemente cara. Y, francamente, no creo que merezca la pena.
La locura de las generaciones intermedias
Sony no es ajena a las actualizaciones y revisiones de consolas de generaciones intermedias. Además de que cada generación de PlayStation ha recibido modelos más delgados y renovados tras su lanzamiento, la compañía también presentó la PS4 Pro en 2016. Una consola que era una actualización decente con una GPU mejorada, pero que fallaba por tener una CPU idéntica a la del modelo base, y su volumen adicional la convertía en una monstruosidad en cualquier rincón gaming.
También era compatible con 4K, pero los juegos optaban en su mayoría por el renderizado "checkerboard" (que predice los píxeles que faltan al aumentar la escala de la imagen) para ofrecer una emulación de 4K en lugar del real. Y aunque esta técnica apaña bien y ayuda a mantener estables las tasas de fotogramas, al no ser 4K nativo se notan más los artefactos visuales.
Sony ha pulido en gran medida la salida 4K en la PS5, y la mayoría de los juegos AAA cuentan con un modo de resolución que puede igualar el 4K. El verdadero problema es que muchos de estos juegos tienen un límite de velocidad de fotogramas de 30fps para permitir el 4K en la PS5. Los juegos compatibles con 4K a 60fps suelen recurrir al checkerboarding o al escalado dinámico para conseguirlo.
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El 4K nativo es un área en la que un modelo PS5 Pro podría mejorar. Una PS5 más potente debería ser capaz de alcanzar resoluciones 4K con una alta tasa de fotogramas sin depender de la tecnología de reescalado. Creo que seguiría prefiriendo aceptar un golpe de resolución y optar por los modos de rendimiento (que permitirían una mayor fluidez a 60 o 120 fps), pero mejorar la compatibilidad con 4K en general sería una gran victoria para la PS5 Pro.
Pero, ¿qué pasa con las resoluciones todavía más altas? La versión básica de la PS5 es técnicamente compatible con 8K, pero la inmensa mayoría de los juegos no lo son, y con razón. Las pantallas 8K siguen siendo muy caras y poca gente tiene una. Los analistas de Omdia predicen que solo 2,7 millones de personas tendrán un televisor 8K en 2026, así que aunque los juegos mejorados de PS5 Pro pudieran parchearse en modos 8K, poca gente se beneficiaría realmente de la actualización, incluso dentro de dos o tres años.
Otro aspecto en el que Sony podría mejorar la PS5 es en el almacenamiento interno de la consola. En la actualidad, la PS5 tiene 825GB de capacidad, pero si se tiene en cuenta el sistema operativo, se queda en unos 650GB. Dado que los juegos modernos cada vez ocupan más almacenamiento, la cantidad de títulos que se pueden instalar está limitada.
Me encantaría que Sony ampliara la capacidad a más de 1TB en la PS5 Pro. Las unidades SSD de 4ª generación han bajado mucho de precio en los últimos años, y ahí hay potencial para que Sony aumente el almacenamiento interno incluido hasta al menos 2TB. Esto no debería afectar demasiado a los costes de fabricación. La opción alternativa, que considero igual de probable, es que Sony opte por la nueva tecnología Gen 5 para el almacenamiento.
Teniendo en cuenta el coste adicional de añadir una unidad SSD Gen 5, es posible que se quedaran en 1TB de almacenamiento, aunque permitiría tiempos de carga aún más rápidos que el modelo base. Podría tratarse de un caso en el que Sony sopesara un compromiso entre almacenamiento reforzado y la misma cantidad, funcionando incluso más rápido.
El precio de la potencia
Seamos realistas, la reciente tendencia de Sony hacia periféricos caros como el próximo DualSense Edge y el PSVR 2 apunta a que un modelo PS5 Pro tendrá un precio elevado. El precio actual de la PS5 es de 549.99€ tras la subida de Sony. Y no me extrañaría nada que la PS5 Pro costara unos 100€ más, por lo menos.
Y el coste que supondría podría no limitarse a eso. Digamos que Sony va a por todas con el soporte 8K, lanzando nuevos juegos con modos de alta resolución y potencialmente parcheando títulos existentes. Teniendo en cuenta que la mayoría de los mejores televisores 8K cuestan una fortuna, no solo tendrías que comprar una consola mejorada y cara, sino que seguramente también tendrías que cambiar todo lo que rodea a la consola para sacar el máximo partido a la PS5 Pro.
Tal y como están las cosas, no creo que la PS5 Pro sea una inversión que merezca la pena. No sin algunas mejoras realmente sorprendentes. Me encantaría disfrutar de una auténtica experiencia 4K a 60fps en todos los aspectos. Aun así, ahora mismo, funciones fantásticas como la VRR (frecuencia de actualización variable) pueden tapar eficazmente los latigazos de un rendimiento inconsistente para ofrecer una experiencia fluida en la PS5 básica.
En definitiva, creo que la PS5, tal y como la tenemos ahora, ya cumple los requisitos de una consola de gama alta. Algunos aspectos podrían mejorarse, sin duda, pero las mejoras con respecto a la pasada generación ya son drásticas. La PS4 Pro y la Xbox One X fueron las primeras veces que vimos una actualización significativa de generación intermedia, en gran parte porque las consolas base no soportaban los beneficios del gran mercado de televisores 4K.
Ya no existe la misma necesidad de una actualización de generación intermedia. La PS5 ya se acerca a lo que yo esperaría de un modelo "Pro", y la única forma en que podría justificar gastar dinero en una PS5 Pro sería si acaba igualando el precio de la consola básica, lo que lamentablemente no es probable.
Soy ingeniera informática y editora del equipo de TechRadar España. Me gusta todo tipo de tecnología, pero los ordenadores son mis dispositivos preferidos. Además de escribir sobre ellos me encanta arreglarlos, al fin y al cabo, pueden llegar a estar tan locos como yo.
- Rhys WoodHardware Editor