Guerra tecnológica y el futuro de los chips: Trump apunta a Taiwán mientras China avanza con Huawei

Pantalla de bienvenida de DeepSeek
Pantalla de bienvenida de DeepSeek (Crédito de imagen: Octavio Castillo)

La industria de la tecnología está viviendo una guerra silenciosa, pero implacable, que se libra en los laboratorios y oficinas de las principales potencias del mundo. Los chips y la inteligencia artificial, dos de los pilares que sostienen la economía digital global, están en el centro de este conflicto. En las últimas semanas, dos movimientos clave han capturado la atención global: Donald Trump vuelve a poner la mira en Asia, esta vez con nuevos aranceles sobre semiconductores taiwaneses, y China demuestra que no necesita a Occidente para avanzar en Inteligencia Artificial, gracias a Huawei.

Ambos eventos son más que noticias aisladas; son piezas de un tablero geopolítico mucho más amplio que involucra comercio, tecnología y seguridad nacional.

Trump vs. TSMC: ¿Un golpe a Taiwán o una jugada estratégica?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado clara su intención de llevar a la industria tecnológica de vuelta a suelo estadounidense. Trump está proponiendo nuevos aranceles a los semiconductores fabricados en Taiwán, apuntando directamente a TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), el mayor fabricante de chips avanzados del mundo.

¿Por qué esto es importante? Porque empresas clave como Apple, Nvidia, AMD e incluso Tesla dependen de TSMC para fabricar los chips que alimentan desde iPhones hasta autos eléctricos. Al imponer aranceles, Trump busca dos cosas:

Incentivar la producción nacional de chips. En su mandato anterior, el presidente estadounidense ya había dado pasos en esta dirección, presionando a empresas como Intel para invertir en plantas dentro de Estados Unidos.

Reducir la dependencia de Asia, especialmente de Taiwán, que se encuentra en una posición geopolítica delicada debido a las tensiones con China.

Sin embargo, la medida también podría tensar las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados asiáticos, como Taiwán, Corea del Sur y Japón, quienes juegan roles clave en la industria global de semiconductores. Además, existe el riesgo de que las cadenas de suministro se vean interrumpidas, lo que podría aumentar los precios de productos electrónicos y generar incertidumbre en el mercado global.

¿Por qué Taiwán es tan importante? Taiwán es un actor crítico en el mercado de chips. TSMC controla más del 50% de la capacidad global de fabricación de semiconductores avanzados, lo que lo convierte en un proveedor insustituible para grandes empresas tecnológicas. Además, la isla se encuentra en el centro de las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China. Mientras Washington respalda a Taiwán como un socio democrático clave, Beijing lo ve como una provincia rebelde que eventualmente debe reunificarse con el continente.

Por eso, golpear económicamente a TSMC no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas. Podría fortalecer los lazos entre Taiwán y Estados Unidos, pero a costa de aumentar la presión de China sobre la isla.

China no se queda atrás: Huawei y DeepSeek pisan fuerte en IA

Pero esto es solo una parte del rompecabezas, ya que mientras Trump mira hacia Taiwán, China sigue haciendo avances significativos en inteligencia artificial y semiconductores, un área donde busca ser independiente de Occidente. Muestra de ello es la startup china DeepSeek que ha lanzado un modelo de IA llamado DeepSeek R1, y que ha demostrado capacidades comparables a las de modelos líderes como ChatGPT de OpenAI, pero desarrollado con una fracción del costo y recursos. Este avance ha generado una reacción significativa en los mercados financieros, especialmente en Wall Street.

El pasado 27 de enero de 2025, DeepSeek lanzó su aplicación de chatbot basada en el modelo R1 para iOS y Android. En menos de una semana, la aplicación se convirtió en la más descargada en la App Store de iOS en Estados Unidos, superando a competidores establecidos. Este rápido ascenso subraya la creciente influencia de las empresas chinas en el sector de la inteligencia artificial.

La reacción de los mercados financieros fue inmediata y pronunciada. El índice tecnológico Nasdaq experimentó una caída de aproximadamente $1 billón de dólares en capitalización de mercado. Empresas clave como Nvidia, Microsoft y Alphabet (matriz de Google) vieron disminuciones significativas en el valor de sus acciones. Nvidia, en particular, sufrió una caída del 17%, eliminando $200 mil millones de su valor de mercado.

Recientemente se ha conocido que DeepSeek R1 funciona sobre el chip Ascend 910C de Huawei.

Este desarrollo es un gran logro para Huawei, que ha estado bajo sanciones estadounidenses desde 2019. Las sanciones impuestas por Washington bloquearon el acceso de Huawei a tecnologías avanzadas, incluidos chips fabricados con herramientas estadounidenses. Sin embargo, el lanzamiento del Ascend 910C, un chip de alto rendimiento para aplicaciones de inteligencia artificial demuestra que China está avanzando en su meta de lograr autonomía tecnológica.

¿Por qué importa esto?

El Ascend 910C no solo es un chip más; es una declaración de que China puede competir en uno de los sectores más críticos de la tecnología moderna sin depender de proveedores occidentales como Nvidia o AMD. DeepSeek R1, ejecutándose en este hardware, es una prueba de que los desarrolladores chinos ya están construyendo soluciones avanzadas sobre infraestructura nacional.

Además, este avance llega en un momento en que Estados Unidos busca limitar el acceso de China a las tecnologías avanzadas. En octubre de 2022, la administración Biden impuso restricciones a la exportación de chips avanzados a China, una medida diseñada para frenar su progreso en inteligencia artificial y supercomputación. Sin embargo, con Huawei desarrollando su propia tecnología, esas sanciones podrían perder efectividad a largo plazo.

El trasfondo político: algo más que tecnología

Aunque estos movimientos parecen centrarse en la tecnología, son reflejo de una batalla geopolítica más amplia. Estados Unidos y China están luchando por el dominio global, y los semiconductores son una pieza clave en este tablero.

Para Estados Unidos, proteger y fortalecer su industria de chips es una cuestión de seguridad nacional. Los semiconductores no solo dan vida a teléfonos y computadoras, también son esenciales para sistemas de defensa, vehículos eléctricos e incluso redes 5G.

Para China, la independencia tecnológica es clave para evitar que su desarrollo económico y militar dependa de las decisiones de Washington. Huawei y DeepSeek son ejemplos claros de esta estrategia.

Además, la disputa por los chips también está ligada a la influencia política en Asia. Taiwán es un punto crítico: mientras Estados Unidos busca protegerlo como un aliado democrático, China lo ve como parte de su territorio y no está dispuesta a ceder.

El impacto para el resto del mundo

Los consumidores y las empresas globales también sentirán las repercusiones de estos movimientos. Aquí algunas posibles consecuencias:

Precios más altos en tecnología: Si los aranceles de Trump a los chips taiwaneses se implementan, las empresas estadounidenses podrían transferir esos costos a los consumidores.

Fragmentación del mercado global: China y Estados Unidos avanzan hacia un modelo de "desacoplamiento", donde cada potencia desarrolla su propia infraestructura tecnológica independiente. Esto podría significar menos interoperabilidad y más barreras comerciales.

Tensiones diplomáticas: Países como Japón y Corea del Sur, que dependen del comercio tecnológico, podrían verse atrapados en medio de esta batalla.

La lucha por el dominio en semiconductores y tecnología no es solo una cuestión económica; es una batalla por el futuro. Estados Unidos y China están apostando por la supremacía tecnológica de una nación sobre otra, pero sus embates políticos y comerciales afectan a todo el mundo.

El proteccionismo de Trump, aunque busca fortalecer a Estados Unidos, podría tener un costo elevado para los consumidores y las empresas tecnológicas. Mientras tanto, el avance de Huawei y DeepSeek en IA muestra que China no solo está resistiendo las sanciones, sino que está encontrando formas de prosperar.

La pregunta es: ¿hacia dónde nos llevará esta guerra? Por ahora, lo único claro es que el mundo de la tecnología nunca volverá a ser el mismo.

Octavio Castillo
Senior Editor

Octavio Castillo ha dado cobertura a la tecnología en diferentes medios por más de una década. Ha sido testigo del crecimiento y evolución de los gigantes tecnológicos