Reseña. Monster Hunter Wilds - El viaje más ambicioso en la historia de la franquicia

Monster Hunter Wilds tiene que llenar unos zapatos bastante grandes. Por un lado, es la secuela del éxito que batió récords que fue Monster Hunter World, un juego que vio a la franquicia de larga trayectoria y, a menudo, de nicho llegar a un grupo completamente nuevo de jugadores más convencionales.

En muchos sentidos, Wilds ha tenido que caminar por la cuerda floja entre los enfoques mostrados en juegos anteriores, ofreciendo algo para los nuevos fanáticos y al mismo tiempo atrayendo a aquellos que se han quedado durante los últimos 20 años. Al simplificar la fórmula que brilló en Monster Hunter World y al ofrecer finalmente un mundo abierto sin fisuras, Monster Hunter Wilds logra tocar todas las notas correctas, al tiempo que evita algunos de los elementos más frustrantes que han plagado la serie desde su inicio.

Vámonos derechito a lo que nos gusta

Comenzar un juego nuevo de Monster Hunter suele ser una experiencia mixta. Para acceder realmente a lo mejor, es decir, el contenido de alto rango del final del juego, primero debes superar la campaña. En los últimos juegos, esto ha sido bastante fácil, aunque los sistemas forzados presentes en Monster Hunter Rise (modo Rampage) y Monster Hunter World (batallas colosales contra monstruos Elder) realmente alargaron las cosas, extendiendo la duración de historias que eran divertidas, pero olvidables.

Monster Hunter Wilds es una bestia completamente diferente en lo que respecta a su campaña, que es simplificada, ligera y contundente. Por un lado, no hay ningún "truco" del que hablar, y la característica principal es el mundo abierto (que honestamente no tiene fallas) con estaciones dinámicas y mucha, mucha fauna salvahe. No hay batallas de monstruos gigantes sobre rieles, ni misiones de relleno en modos estilo defensa de torres, solo cacerías épicas de monstruos, una tras otra (esto definitivamente atraerá a nuevos jugadores). Dejando del lado a un molesto personaje secundario, definitivamente esta es la mejor campaña de Monster Hunter de la historia, no se diga más.

La campaña Monster Hunter Wilds es una aventura que te llevará por todo el mundo y que te anima a pasar el menor tiempo posible en tu campamento base. Creéme, te divertirás creando equipo nuevo, construyendo nuevos equipamientos y especializando tod tu equipamiento, pero, en general, te decimos que salgas y te muevas tanto como puedas.

Se prestó mucha más atención a campamentos emergentes, y Monster Hunter Wilds vuelve a alentar al jugador a salir y reclamar pequeñas partes del mundo exterior, en lugar de establecerse demasiado en el destartalado campamento base en Windward Plains. Es una elección extraña, aunque se relaciona con el mantra general del juego. Sin embargo, cocinar una comida en tu campamento no es tan divertido como ver a un equipo de chefs Palico (pequeños y divertidos gatitos) preparando platos para ti en Kamura Village o Astera.

Sí, si eres fan de los gatos, no puedes dejar pasar en lo absoluto este título.

Exploración al máximo

El vasto mundo abierto de Monster Hunter Wilds es el principal atractivo que distingue al juego de sus predecesores. Por primera vez en la serie, el mapa está interconectado, es continuo y dinámico. Desde el campamento hasta la caza y las investigaciones de campo, no hay menús ni pantallas de carga que se interpongan en tu camino en tu aventura. De las pocas regiones diferentes que conforman el mundo que te rodea, cada una es visualmente distinta de las demás, lo que fomenta su propia colección específica de flora, fauna y recursos. No solo eso, sino que también hay estaciones con las que lidiar.

Luego llega la inclemencia, que trae tormentas de arena, enfurece a ciertos insectos para potenciar los efectos pasivos que se pueden usar en una cacería y, en algunos casos, cambia por completo el paisaje. Después de que las nubes de tormenta se desvanezcan, llega la temporada de la abundancia y, déjenme decirles, el cambio en las condiciones es realmente impresionante. Atrás quedaron las tierras secas y estériles de algunas tierras en entregas anteriores y los cielos nublados de la inclemencia, mientras contemplas un entorno, como si estuvieras en un edén, repleto de criaturas.

La campaña hace un trabajo magistral al guiarte a través de este ciclo por primera vez, y el dinamismo absoluto del mundo nunca pierde su encanto. Esta apuesta por crear un mundo natural vivo y vibrante sigue el camino trazado en Monster Hunter World . Sin embargo, esta vez, la variedad de vida que ocupa cada región es realmente asombrosa.

Una vez que te dan la libertad de explorar a tu propio ritmo, pasarás horas simplemente cabalgando por cada región, observando cómo los pequeños monstruos y otros animales endémicos realizaban sus rutinas. Los simios de pelaje rosado duermen pacíficamente al sol, se pueden ver pequeños pájaros montados en las espaldas de grandes reptiles, picoteando y podando a medida que avanzan. Ya sea que estés allí para presenciarlo o no, hay un ciclo natural en el mundo de Wilds y un meticuloso detalle, desde las enormes aves rapaces que se elevan en el cielo hasta las filas de pequeñas hormigas cortadoras de hojas que caminan en formación por las ramas de los árboles.

¡Concéntrate, cazador!

Los juegos de Monster Hunter rara vez reciben elogios por su fidelidad gráfica, ya que tienden a dedicar más recursos a mundos dinámicos y sistemas superpuestos que a aumentar la resolución. Afortunadamente, Monster Hunter Wilds es muy impresionante de contemplar, aunque, como muchos otros juegos modernos de esta generación, tiene algunos problemas con el aspecto descolorido en ciertos entornos. Algunas regiones, como el bosque, son increíblemente densas, y me sorprendía con frecuencia por la cantidad de monstruos pequeños que podían aparecer en la pantalla a la vez. De hecho, en algunos momentos se pueden ver manadas enteras corriendo junto a monstruos grandes mientras los persigues.

¿Deberías jugar Monster Hunter Wilds?

Juégalo si…

No lo juegues si…