El MacBook Pro M2 es fenomenal, pero cómo voy a echar de menos la Touch Bar
Hola M2, ¿adiós Touch Bar?
El nuevo MacBook Pro de 13 pulgadas de Apple es, obviamente, un gran dispositivo donde encajar el nuevo procesador de Apple: el chip M2. Pero también es un recordatorio de que no se puede tener todo en la vida.
Al mismo tiempo que Apple presenta su M2, con una potencia y eficiencia extraordinarias, también está preparando la retirada de la práctica y útil (e injustamente infravalorada) Touch Bar.
Lo sé, es confuso. Apple ha cogido su chip más nuevo y lo ha metido dentro de un diseño envejecido con su única pantalla táctil para Mac. Pero todo en el portátil, que exploramos en nuestro análisis completo del MacBook Pro de 13 pulgadas (2022), grita "hasta aquí hemos llegado". Y así es, al menos para la Touch Bar.
Para entender lo que supuso la Touch Bar cuando debutó hace seis años, hay que remontarse al cofundador y antiguo CEO de Apple, el difunto Steve Jobs. Ya en el 2010, y no mucho después de que Apple presentara el primer iPad, Jobs descartó la idea de un portátil con pantalla táctil:
"Hemos hecho montones de pruebas con usuarios sobre esto, y resulta que no funciona. Las superficies táctiles no quieren ser verticales. Permiten una estupenda visualización, pero después de un corto periodo de tiempo, empiezas a fatigarte y después de más tiempo todavía, tu brazo está agotado. no funciona, es ergonómicamente terrible. Las superficies táctiles quieren ser horizontales, de ahí viene el concepto 'pads'", dijo Jobs.
De acuerdo, era un argumento flojo. En los años siguientes, veríamos los Magic Kayboards que harían flotar los iPad Pros en un plano más o menos vertical sobre los teclados de tamaño normal.
¿Y por qué existe?
A primera vista, el MacBook Pro M2 de 13 pulgadas de Apple parece un excelente portátil de productividad. En mis benchmarks, el M2 superó con creces a su predecesor M1 (y a un Intel Core i7 de 11ª generación).
Sus cifras gráficas son impresionantes, gracias a la GPU de 10 núcleos por defecto. La versión más básica viene con 8GB de memoria unificada y un SSD de 256GB. Tiene una magnífica pantalla Retina de 13,3 LED (2560 x 1600) y promete 20 horas de duración de la batería. En mis pruebas, lo pongo a tope de procesos (hay que amar una CPU ARM en un portátil), y dura aproximadamente 18 horas.
El problema es que el otro sistema con los nuevos chips M2 es el nuevo MacBook Air. Al igual que el Pro, parte de 8GB de memoria unificada y un SSD de 256GB. La pantalla, sin embargo, de 13,6 pulgadas es ligeramente más grande que la del Pro. Incluso tiene una cámara FaceTime de mayor resolución (1080p frente a 720p). En lugar de altavoces estéreo, tiene un sistema de cuatro altavoces.
¿Qué te da el MacBook Pro? Un sistema de refrigeración activa, las dos horas extra de duración de la batería prometidas y la GPU de 10 núcleos (se puede actualizar el Air a 10 núcleos).
Pero lo más importante es que el MacBook Air M2 no incluye la Touch Bar. De hecho, el nuevo MacBook Air tiene más en común con los MacBook Pro M1 y M1 Max (de 14 y 16 pulgadas). Ninguno de estos MacBooks de nueva generación ofrece ya la Touch Bar. Y creo que es seguro asumir que las futuras generaciones nunca lo harán.
Sin embargo, a pesar de que Apple quiere acercar iPadOS y macOS, se ha resistido a la idea de añadir la función táctil a cualquier Mac. Hasta que introdujo la Touch Bar, una delgada franja horizontal de pantalla OLED táctil y gestual que se sitúa justo encima del teclado principal.
Se trataba de un lienzo en blanco para que Apple, y eventualmente sus socios desarrolladores, lo dibujaran en función de cada aplicación.
Durante un tiempo, apareció en varios modelos de MacBook Pro, aunque todavía se vendían algunos sin ella.
Yo fui uno de los primeros fans, y escribí por aquel entonces: "Con la Touch Bar, Apple da un doble salto mortal casi perfecto en el mundo de los ordenadores táctiles".
Ahora, sin embargo, Apple está haciendo un truco diferente, ofreciendo un chasis y una tecnología del MacBook Pro que seguramente se retirará pronto, al servicio de una necesaria plataforma de nivel Pro para su M2 SOC.
Adiós a la diversión, vieja amiga
Lo bueno de la Touch Bar es su capacidad de sorprender. Por cada vez que parece repetir las acciones que ya se te ofrecen en la pantalla principal, la Touch Bar también saca a la luz funciones usadas u ocultas con frecuencia. En prácticamente cualquier campo de entrada de texto, ofrece opciones de autocompletar (o autocorrección). Con la integración de Microsoft Word, la Touch Bar muestra hábilmente solo las funciones contextuales que realmente necesitas en ese momento.
En iMovie, hace que lo confuso sea obvio, mostrando la palabra "Dividir" para que pueda, con un toque, dividir un clip en dos. También ofrece acceso instantáneo al control de volumen del clip. En mi opinión, eso es algo muy útil.
Por encima de todo, la Touch Bar siempre ha ofrecido un acceso claro y visible a los controles de volumen, el brillo y Siri. Por otro lado, enfureció a los tradicionalistas del Pro por sustituir las teclas de función y escape. Apple recuperó rápidamente esta última en el MacBook Pro de 16 pulgadas (2019), con lo que pareció calmar a algunos usuarios del Pro.
También hubo aplicaciones divertidas de la Touch Bar como el Piano y una versión de un carril de Pac-Man.
¿Era siempre necesaria? No. Pero siempre fue útil y lo sigue siendo en este MacBook Pro 13 con M2.
Una despedida agridulce
Al igual que la Touch Bar, gran parte de este excelente diseño del chasis del MacBook Pro de 13 pulgadas (sólido, sensato, ligero y con un excelente teclado) probablemente no llegue a futuras generaciones. Los Pro de 14 y 16 pulgadas y el MacBook Air M2 son de una pieza, ofreciendo una visión algo más cuadrada, aunque no menos esbelta, de los futuros MacBooks. Todos tendrán pantallas más grandes, notch, mejor audio y puertos de carga MagSafe.
Aunque me maravilla el increíble rendimiento del M2, no puedo evitar considerar el MacBook Pro de 13 pulgadas como una reliquia. El lugar de descanso final de un aspecto particular, la sensación y el primer contacto de Apple con el tacto en un MacBook: la Touch Bar.
Sí, estoy enamorado del portátil, pero es difícil recomendar una pieza de hardware que, dejando a un lado la CPU, mira hacia atrás en lugar de hacia lo que depara el futuro.
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Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?
- Lance UlanoffEditor At Large