El Twitter de Elon Musk no me da miedo, aunque a muchos les asuste

Elon Musk Buying Twitter
(Crédito de imagen: Getty Images)

"Me voy. Este es mi último tuit. Huyo a las montañas. El apocalipsis se acerca." Esas han sido algunas de las reacciones a la noticia de que el consejo de administración de Twitter ha aceptado la oferta de compra del multimillonario Elon Musk por valor de 44.000 millones de dólares.

Lo admito, yo también me quedé atónito.

La noticia surgió y, por un momento, el silencio cayó sobre la plataforma. Fue como si 226 millones de personas se vieran de repente obligadas a considerar su propia mortalidad, al menos en Twitter.

Hablando de la noticia con alguien ayer, me di cuenta de que describía a Musk como una persona que compraba Twitter. Eso es cierto. Elon Musk es solo un ser humano. Pero Musk también es el ser más singular de los últimos tiempos. Es como el "Hombre más interesante del mundo", si tus intereses se inclinan hacia lo imprevisible y lo petulante, mezclado con la genialidad.

El bufón imprevisible

Como ya sabrás, Musk no ha llegado para calmar tus miedos. El CEO de Tesla y el hombre más rico del mundo dejó claras sus intenciones desde el día en que empezó a hablar mal de la "libertad de expresión de Twitter". No le parecía justo y parecía que quería hacer algo al respecto.

Musk puede ser transparente, pero también es un bromista estrafalario que se lanza al ataque, tuiteando con acertijos, juegos de palabras y memes. A cada paso nos contaba lo que estaba haciendo, aunque no siempre de forma directa. La oferta de compra de Twitter fue acompañada por un tuit de "_____ es la noche".

Es un pensador estratégico, pero tiende a centrarse en la última jugada y no siempre en los pasos intermedios. Cuando Musk quiso aumentar rápidamente la producción del Tesla Model 3, utilizó más robots en su fábrica que prácticamente cualquier otro fabricante de coches, solo para descubrir que todos esos robots aún no podían hacer algunas de las tareas que los trabajadores cualificados de la fábrica podían realizar. Rápidamente retiró algunos de esos robots, puso más personas y finalmente alcanzó sus objetivos.

Hemos visto un enfoque similar con Twitter. El objetivo de Musk es cambiar la plataforma, abrirla a más voces y con más transparencia. Pensó que con un asiento en la mesa (el 10%, aproximadamente, de las acciones de Twitter) lo conseguiría, pero pronto aprendió que un asiento en la sala de juntas sería como unas esposas de oro, que le impedirían hacer su voluntad en Twitter.

Para conseguir el control total, tendría que hacerse con Twitter por completo.

Si no estoy satisfecho con una empresa o un servicio, dejo de utilizarlo, incluso puedo presentar una queja. Para Musk, la respuesta fue: "Ok, pues me lo compro". 

No ha venido a calmar a nadie

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Por lo general, un nuevo líder que llega a un departamento o empresa trataría de calmar a los nerviosos miembros del equipo, a los empleados y a los clientes. Musk no es de los que dan tranquilidad, y su única declaración pública (aparte de un tuit con un "¡¡¡Sí!!!" de felicidad) ha hecho poco por apaciguar los temores.

"La libertad de expresión es la base de una democracia que funciona, y Twitter es la plaza digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad", dijo Musk en un comunicado.

Asumir que un servicio que es utilizado por una fracción de la población mundial es, de alguna manera, la plaza del pueblo digital no solo es un error, sino que desprecia todas las demás plataformas donde la gente se reúne, comparte y discute. La visión de Musk sobre Twitter es tan sesgada como, al parecer, la de cualquier otra persona de la plataforma que sigue a 114 personas. A él le siguen 83 millones de personas que a menudo retuitean, comentan y tuitean sus publicaciones, lo que sirve para amplificar la perspectiva de Musk. Pero yo diría que Elon Musk y yo vemos dos Twitters muy diferentes.

Y por eso me quedo.

Un duro despertar

Estoy convencido de que Elon Musk no entiende Twitter tan bien como cree. Es un inconformista fabricando coches, enviando humanos al espacio (y trayéndolos de vuelta), y llevando la banda ancha a partes distantes y con dificultades del mundo. Pero no tiene experiencia en medios sociales. No entiende lo que Twitter intenta (y a menudo no consigue) hacer con la moderación de contenidos.

Su perspectiva es la de un usuario frustrado que cree saber por qué Twitter toma las decisiones que toma, lo que significa que se parece mucho a ti y a mí. La única diferencia es que él tiene 44.000 millones de dólares, y tú y yo no.

Di lo que quieras sobre Elon Musk, pero ser un estudioso (de cualquier cosa) es parte de su ADN. A Musk no hay nada que le guste más que ver un problema, aprender todo sobre él, y luego llegar a una solución o al menos a ideas que puedan conducir a una. Su interés por el espacio le llevó a formarse en la fabricación de naves espaciales (¿hola, Tony Stark?) y a construir Space X. A menudo se atribuye a Musk la "cofundación" de Tesla, pero la construyó de la nada, y muchas de las ideas que la convierten en un éxito surgieron de su estudio de la industria y de la tecnología de los vehículos eléctricos en general.

¿Hacia dónde nos dirigimos?

Suponiendo que no haya sorpresas con el acuerdo, Musk entrará como un león, probablemente asustando a algunos empleados de Twitter de su oficina de San Francisco, pero como hombre de negocios y empresario de corazón, su objetivo será que Twitter tenga éxito.

En este momento, cree que lo importante es la libertad de expresión. Si acaba siendo propietario de la nueva empresa privada, eso cambiará. ¿Ajustará Musk su posición? Probablemente no de inmediato. Sospecho que incluso puede hacer algunos movimientos equivocados al principio, solo para demostrar que habla en serio sobre la libertad de expresión, pero cuando estos fracasen o le exploten en la cara, Musk volverá a centrar su atención en la segunda parte de su cita:

"También quiero hacer que Twitter sea mejor que nunca mejorando el producto con nuevas características, haciendo que los algoritmos sean de código abierto para aumentar la confianza, derrotando a los bots de spam y autentificando a todos los humanos".

Me quedo porque, tened paciencia, considero que Elon Musk tiene el potencial y los recursos para hacer algo bueno.

La queja sobre Twitter no es solo que no apoye la libertad de expresión sin excusas, es que no protege a los usuarios vulnerables de la plataforma de los ataques. Dice que lo hace, y creo que Twitter hace todo lo posible por solucionar este fallo. Pero no lo consigue.

Si Musk puede encontrar una forma de proteger a todo el mundo en la plataforma para que los marginados se sientan apoyados y protegidos, sería una gran victoria. Se necesitará perspicacia y, algo que Musk tiene en exceso, dinero.

Si consigue que Twitter sea algo más que un abrevadero para los medios de comunicación, las empresas y los famosos, un lugar donde la gente normal se sienta vista y escuchada, y pueda opinar de todo sin restricciones, Twitter podría crecer lo suficiente como para competir con Facebook.

Si consigue financiar el desarrollo de herramientas creativas que recuerden el apogeo de Vine, pero que reconozcan el poder de los Reels y los TikToks, Twitter podría volver a atraer a una generación extremadamente sensible y polarizada.

Son muchos escollos, pero ninguno es imposible de solucionar.

Lo que quiero decir es que entiendo la preocupación por la compra de Twitter. Está justificada, pero me quedo para ver qué pasa, porque creo que una vez que Elon Musk tome el control de Twitter, va a querer que más y más personas se sientan cómodas en la plataforma. No le conviene ahuyentar usuarios, así que no lo hará. Ya veréis.

Antonio Romero

Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?


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