He probado la carga ultrarrápida, y el iPhone y el Samsung Galaxy ya no me parecen tan geniales
A veces, más sí es mejor
Los mejores teléfonos de hoy pueden hacer más que nunca, con más números en una variedad de especificaciones y funciones, prometiendo una experiencia mejor que antes. Hay dispositivos con tres, cuatro e incluso cinco cámaras. El almacenamiento llega a 1TB, la RAM a 16GB, y las pantallas alcanzan los 120Hz y más. Aunque está muy bien tener todas estas características, hay una tendencia en particular que he estado observando con gran interés: el techo cada vez más alto de la carga rápida.
Aunque antes la carga rápida se definía como 18W, 22W o incluso 30W, muchos de los móviles que salen al mercado afirman ahora que pueden cargar el teléfono hasta ocho o diez veces más rápido que la mediana de las cifras indicadas anteriormente. Es una función que, de momento, se limita a los teléfonos Android, y una de las pocas novedades realmente útiles que he visto en los últimos años.
Se acabó la ansiedad por la batería
Algunos de los mejores teléfonos Android que he usado este año han competido por el título de "teléfono con carga más rápida". Ya sea el Realme GT 3 (que causó sensación por sus asombrosas velocidades de 240W), el Vivo X90 Pro o el Motorola Edge 40 Pro, las marcas de Android parecen estar compitiendo por reducir el tiempo que tardas en recargar tu teléfono.
La ansiedad por la batería siempre ha sido una de las partes más irritantes, aunque inevitables, de tener un móvil. A medida que el teléfono gana en funcionalidad, aumenta su demanda de energía, igual que un culturista necesita cada vez más comida para mantener su masa muscular. Las pantallas brillantes y rápidas, las cámaras cada vez más potentes, las funciones de inteligencia artificial, etc., necesitan más energía para funcionar. El uso de baterías cada vez más grandes también significa que el teléfono necesita pasar más tiempo en el cargador, incluso con un hardware más nuevo que permite una mayor eficiencia y, por lo tanto, un mayor rendimiento por vatio.
Con las formas más convencionales de carga rápida, el Pixel 7 Pro de Google puede tardar hasta dos horas en cargar su batería de 5.000mAh desde que está vacía hasta que está llena, al igual que el Pixel 6 Pro. El iPhone tiene una celda bastante más pequeña y aun así tarda más de una hora en alcanzar una carga completa. Esto quiere decir que (aunque tu teléfono puede cargarse por completo fácilmente mientras duermes) si vuelves a casa del trabajo con la batería baja y necesitas salir rápidamente de nuevo, te encontrarás teniendo que racionar tu uso para asegurarte de que esos miliamperios finales están a tu disposición, en caso de que surja una emergencia de verdad. Este reto se complica aún más si tenemos en cuenta que los móviles se han convertido en cualquier cosa, desde linternas hasta tarjetas bancarias.
Imagina, por ejemplo, usar uno de los Pixel de Google antes mencionados (digamos, el Google Pixel 6) para viajar a una ciudad diferente y que la batería se agote con tu billete a bordo en mitad de la noche, porque no pudo alcanzar la carga completa antes de salir. Eso sería más que un poco incómodo, y es una situación que la carga rápida elimina porque solo estás quizás a 30 o incluso 20 minutos de la carga completa y a cinco minutos de la media carga.
Puntos positivos y puntos negativos
El auge de la carga ultrarrápida también ha iniciado la inversión de una tendencia muy molesta en los móviles: ya no vienen cargadores en la caja. En una práctica popularizada primero por Apple (y seguida por otros fabricantes), la mayoría de teléfonos se entregan ahora en cajas más pequeñas con poco más que una herramienta SIM, documentación y un cable.
Pensándolo bien, tiene cierto sentido. La razón que se da para ahorrarse los cargadores es que probablemente ya tengas uno o dos por casa. Al mismo tiempo, el intercambio o la venta de teléfonos viejos suele requerir la compra de nuevos cargadores. El aumento de la velocidad de carga significa que el viejo cargador que era perfectamente adecuado para tu iPhone 11 se vuelve tristemente inadecuado cuando se conecta a un iPhone 14. Son seis de uno, media docena de otro, y la práctica de no incluir un cargador en la caja ha sido incluso declarada ilegal por algunos países.
Esta tendencia se ha invertido gracias a las marcas de teléfonos, que incluyen en la caja sus nuevos y rapidísimos cargadores (y estas marcas suelen añadir también fundas y otros pequeños extras). Apostaríamos a que la mayoría de la gente no tiene ya un cargador de 120W o 240W en su casa, de ahí la necesidad.
Al mismo tiempo, los cargadores de la caja tienen un inconveniente oculto. Significa que para alcanzar las velocidades máximas de carga anunciadas, sin duda los necesitarás. Tampoco son intercambiables entre algunas marcas. Así, el adaptador de 120W de Xiaomi funcionará con los teléfonos Redmi que soporten esas velocidades, pero no funcionará con los teléfonos Oppo que tengan carga de 120W, sin embargo, esos sí funcionarán con el cargador de 120W de Realme, y así sucesivamente. Es un poco confuso, pero sólo si estás cambiando entre móviles con tanta frecuencia como yo. Si eres cuidadoso con el cargador de tu teléfono y tienes uno de repuesto por si acaso, no tendrás problema.
Parece un pequeño paso atrás en un momento en el que los móviles están cada vez más unificados en cuanto a la carga pero, en mi opinión, merece la pena.
En resumen
Apple, Samsung y Google siguen siendo las empresas que dominan el mercado de los móviles, aunque vayan a la zaga de otras marcas menos conocidas en lo que respecta a la velocidad de carga. Aunque ofrecen carga rápida, sus velocidades máximas relativas parecen anticuadas en comparación con los vatios de soporte que puedes obtener de las marcas chinas antes mencionadas. El Pixel está a la cola con un máximo de 23W, mientras que Apple se sitúa en la media con velocidades de alrededor de 27W. Samsung se acerca más con la carga rápida de 45W en el Samsung Galaxy S23 Ultra, pero incluso eso palidece en comparación con la carga de 80W que ahora se está convirtiendo en algo habitual para la mayoría de los dispositivos Android de gama media y alta.
Por desgracia, a ojos de la mayoría de los consumidores, los teléfonos de Apple, Google y Samsung ofrecen un paquete más completo, aunque carguen a menos de la mitad de velocidad que sus competidores. Por lo tanto, hasta que estas marcas no adopten una carga notablemente más rápida, seguirá siendo una ventaja exclusiva para aquellos lo suficientemente valientes como para comprar entre otras marcas.
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Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?
- Michael AllisonStaff Writer, Phones