Acabo de empezar a usar el nuevo iPad Pro y no es la actualización que me esperaba

iPad Pro 12.9 2021
(Crédito de imagen: TechRadar)

Llevo años usando el iPad Pro 12.9 (2018), y me ha servido bien; pero recientemente, se me presentó la oportunidad de pasarme al iPad Pro 12.9 (2021). Naturalmente, aproveché la oportunidad.

El de 2018 era mi dispositivo de cabecera, pero tenía algunos defectos que lo hacían cada vez menos fiable como herramienta de gaming y trabajo. Se calentaba demasiado cuando jugaba, el Keyboard Folio solo registraba una pulsación del teclado de cada 20, y la duración de la batería se había vuelto inestable. Necesitaba un cambio.

Esperaba que el iPad Pro 2021 fuera ese cambio, que me permitiera jugar más de 10 minutos a XCOM 2 sin incendiarse, o trabajar en una cafetería sin que se me agotara la batería casi después de entrar. Pero estaba equivocado.

¿Es nuevo...?

Al sacar el nuevo iPad Pro de la caja, me sorprendió su peso. Solo pesa 50 gramos más, pero qué diferencia suponen esos gramos extra. 

También me preocupó el peso al acoplar mi accesorio de teclado: en lugar del Keyboard Folio de Apple, que usé para mi última tablet, utilicé el Magic Keyboard de la compañía. El Magic Keyboard parece mucho más voluminoso, y más rígido, que el Folio.

Sin embargo, seguí utilizando el Apple Pencil 2 del iPad Pro, ya que es el mismo lápiz para ambos modelos. No tiene sentido comprar uno nuevo, ¿verdad?

La configuración más lenta del mundo

Estaba emocionado por empezar a usar el nuevo iPad Pro, pero las primeras señales de alarma empezaron a sonar cuando empecé a configurarlo.

La configuración de un nuevo dispositivo de Apple se supone que es fácil, y cuando empecé a arrancar el nuevo iPad, simplemente me dijo que pusiera el viejo iPad cerca para que pudiera empezar a copiar mis archivos.

iPad Pro (2018)

My trusty old 2018 iPad with a cup of tea. (Image credit: Future)

No funcionó, ni incluso después de frotar las dos tablets una contra la otra querían conectarse. Y tampoco podía usar iCloud para hacer copias de seguridad, ya que el nivel de 5GB que tengo no tenía espacio para el casi terabyte de datos que tenía en mi antiguo iPad (y dado que soy un ávido usuario de Google Suite, no voy a pagar por iCloud además del espacio de Google Drive).

Finalmente, reinicié ambos iPads y esperé unas horas. Por alguna razón, la transferencia empezó a funcionar. ¿Por qué? No tengo ni idea.

Las tablets decían que tardarían 12 horas en transferir todos mis datos (recordemos que tenía casi 1TB de "cosas" en mi antiguo iPad), pero al final, fueron más bien cinco horas. Y después de eso, el nuevo iPad se sentía igual que el viejo, excepto que... era nuevo.

Una portabilidad de datos parcial

Me impresionó lo mucho que la experiencia de la nueva tablet parecía copiada de la antigua.

Todas las aplicaciones estaban en los mismos lugares en mi menú, y para la mayoría de ellas, ya había iniciado sesión, sin siquiera tener que ver una página de inicio de sesión. Muchas tenían proyectos abiertos en los que había estado trabajando con mi antiguo iPad.

Lo que más me impresionó fue que el progreso en mis diferentes juegos se mantuvo. Podía entrar directamente en mi archivo de guardado desde la mitad de una batalla de XCOM 2.

iPad Pro 12.9 2021

The 2021 iPad in its Magic Keyboard. (Image credit: TechRadar)

Sin embargo, no fue una portabilidad total, y algunas aplicaciones no pudieron enviar datos entre iPads. Un ejemplo molesto fue Final Draft Mobile, un software de escritura de guiones. Tuve que enviar por mi cuenta los casi cien guiones que tenía almacenados allí al nuevo iPad.

Pero después de un rato de trabajo, mi nuevo iPad era tan bueno como... el viejo. Pero ahí se acabaron las mejoras.

Y más problemas con la batería

Hay dos cosas que realmente espero en un nuevo iPad (sin incluir un teclado fijo, que técnicamente no forma parte del propio iPad). Si has leído la introducción de este artículo ya sabes cuáles son.

Después de jugar a algunos títulos, hacer algo de edición de vídeo, ver montones de pelis y, por supuesto, trabajar, me he dado cuenta con disgusto de algunas cosas clave. La más importante es que ninguno de los problemas que tuve con el anterior iPad se solucionan en el nuevo modelo.

Mi primer problema fue que mi iPad Pro de 2018 se calentaba demasiado cuando lo usaba para jugar. Incluso se calentaba cuando trabajaba. En retrospectiva, no sé por qué pensé que sería mejor con el nuevo modelo: al chip M1 claramente le gusta asarse. Es cierto que no hice ninguna prueba científica al respecto, pero parece que el nuevo iPad Pro se calienta más rápido que el anterior.

El consumo de batería también sigue siendo un gran problema, mucho más de lo que creía. El mero hecho de ver un vídeo hace que el porcentaje de batería caiga a la velocidad del rayo, y no me hagáis hablar del poco tiempo de juego que tengo cuando no estoy enchufado a la pared. Es realmente decepcionante.

Seguramente, el hecho de tener un chip más rápido compensa estos problemas, dirán algunos, pero yo ni siquiera noto ninguna diferencia de velocidad. Los tiempos de carga y renderización no son diferentes, así que ¿qué sentido tiene?

También tengo que decir que no me gusta el Magic Keyboard. El trackpad es redundante dado que el iPad Pro tiene una pantalla táctil, y un software diseñado para esas pantallas táctiles. Además, solo sujeta el iPad en un arco muy limitado, por lo que no puedes tirar del cacharro para orientarlo hacia arriba o hacia abajo. Prefiero el Keyboard Folio, por sus ángulos de suspensión.

Sin embargo, me alegro de tener por fin un teclado que funciona. Puramente por ese mérito, me voy a quedar con el nuevo iPad Pro. Pero entre el sobrecalentamiento y el agotamiento de la batería, el último modelo realmente no se siente como una actualización. Todos nos merecemos algo mejor. Esto significa que los próximos iPad Pro de 2022 tendrán que justificar su existencia para conseguir que la gente se actualice.

Antonio Romero

Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?


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