La Autoridad Antimonopolio italiana (AGCM) ha impuesto una multa de 3,2 millones de euros a Xiaomi Technology Italy S.r.l, la división italiana del grupo chino del mismo nombre.
Según la AGCM, Xiaomi habría obstaculizado el ejercicio de los derechos de los consumidores en virtud de la garantía legal de sus productos.
Según el comunicado de la AGCM, Xiaomi supuestamente solía negar la reparación de dispositivos en garantía que tenían defectos menores. Por ejemplo, la garantía no se aplica "si las superficies y/u otras partes externas del producto tienen más de un rasguño en la pantalla, que no exceda de 5 centímetros de ancho y 5 milímetros de largo".
A esto se añade otro perjuicio en detrimento de los consumidores: Xiaomi supuestamente acostumbraba a reparar los productos en lugar de sustituirlos, dejando a sus clientes sin dispositivos de sustitución en el tiempo que tardaban en repararlos. Por lo tanto, la Autoridad recordó que "la reparación sólo puede ser un remedio si resuelve rápidamente el defecto de conformidad".
Por último, parece que Xiaomi, en caso de verificación negativa de un defecto de conformidad, habría pedido a sus clientes que pagaran los costes de verificación y los gastos de envío del producto, bajo pena de no devolución.
En cambio, según la AGCM, corresponde a Xiaomi verificar la existencia del defecto de conformidad, sin cobrar gastos de verificación ni de envío.
La empresa china respondió negando las acusaciones:
"Hemos tomado nota de la decisión de la AGCM y estamos evaluando los motivos de la misma" (...) "Creemos que nuestros servicios posventa, incluido el servicio de garantía, cumplen plenamente la legislación italiana. Nos comprometemos a ofrecer un servicio posventa altamente satisfactorio a nuestros clientes de todo el mundo".
Las investigaciones proseguirán para esclarecer si Xiaomi ha infringido o no las leyes italianas de protección al consumidor, pero la empresa china tiene sin duda algo que revisar en el ámbito de la atención al cliente.
