Oye, Apple, ¿por qué demonios el nuevo Mac mini M4 sólo tiene puertos USB-C?
Supongo que me cuesta pasar página
Vale, escuchad. Puede que yo esté en minoría en esto: todavía uso y me gusta el USB-A. Sé que la UE quiere arrastrarme pataleando y gritando hacia un glorioso futuro utópico en el que todos los dispositivos se alimenten y conecten únicamente con cables USB-C y nada más, pero es que todavía no estoy preparado para renunciar a mi dulce puerto asimétrico de antaño. Así que dime, Tim Cook, ¿dónde están los puertos USB-A en el nuevo Mac mini M4 que acabas de anunciar?
Así es: la nueva generación del Mac mini parece un dispositivo maravilloso, lo suficientemente pequeño como para caber en la mano. Pero Apple ha puesto fin oficialmente a su larga relación con el USB-A, eliminando los dos puertos del modelo anterior en favor de más puertos USB-C (cinco en total). Es un gran cambio, que va de la mano con el rediseño por parte de Apple de sus accesorios «Magic» para incorporar USB-C en lugar de los antiguos puertos Lightning propietarios (sí, el puerto de carga del Magic Mouse sigue estando en la parte inferior, pero no voy a patear ese avispero en particular ahora mismo).
Lo entiendo. Incluso como crítico de Apple desde hace mucho tiempo, puedo decir sinceramente que se trata de una buena jugada por parte de la compañía. El cambio a un estándar de conexión uniforme ayuda a la conectividad entre plataformas, reduce las influencias monopolísticas dentro del ecosistema de hardware de Apple, fuertemente controlado, y, lo que es más importante, ayuda a atajar el creciente problema de los residuos electrónicos. Esto es bueno. Bueno de verdad.
Me lo repito una y otra vez -y no nos equivoquemos, me alegro mucho de que Lightning se vaya a la gran tienda de electrónica del cielo-, pero hay una parte de mí que se siente decepcionada al ver que una nueva iteración del mejor producto de Apple llega sin un puerto USB-A a la vista.
¡El USB-A aún existe!
No quería soltar este artículo sin ninguna estadística que me respaldara, así que hice lo que todo el mundo hace hoy en día: pedí ayuda a Google. Según los resultados de la búsqueda generativa de Google, hay muchas razones por las que USB-A sigue siendo ampliamente utilizado en todo el mundo: familiaridad, compatibilidad con versiones anteriores y coste son las razones clave.
Vale, no me he limitado a pedir ayuda a una inteligencia artificial y dar por zanjada la cuestión, pero el robot de Google tiene algunas razones de peso. El USB-A es más barato de fabricar y muchos dispositivos (como mi PC y mi portátil) siguen teniendo puertos compatibles. No es de extrañar que muchos fabricantes sigan vendiendo productos que o bien utilizan USB-A o bien tienen puertos USB-A. Si compras un ratón inalámbrico de otro fabricante, es muy probable que el cable con el que viene se conecte a una fuente de alimentación a través de USB-A en lugar de USB-C (no hablamos de USB-B).
También hay que tener en cuenta que, aunque el USB-C se esté convirtiendo rápidamente en la nueva norma en Europa y Estados Unidos, no ocurre lo mismo en el resto del mundo. Muchos países se han quedado atrás en lo que a hardware informático se refiere, y el USB-A sigue siendo la norma. Diablos, incluso los servicios sanitarios en España siguen estando notablemente desfasados en cuanto a la tecnología que utilizan: vi un montón de puertos USB-A cuando entraba y salía del hospital por ciertos problemas médicos.
Y no me hagáis hablar de las memorias USB. Sé que no soy la única persona que todavía las utiliza, y todas las que tengo usan USB-A. Tengo todo tipo de proyectos y archivos antiguos guardados en ellos, además de unos cuantos con distros de Linux listas para instalar e incluso uno con una imagen de instalación completa de Windows 10. Cuando saqué el tema en una reunión, mi compañera me preguntó cuánto hacía que no utilizaba uno. Le respondí que «hace tres días». Son útiles y no quiero deshacerme de ellos.
Una cariñosa despedida
Seguramente estarás pensando: Antonio, ¿y por qué no usas un adaptador? Y sí, claro, en realidad no tengo una buena respuesta a eso, excepto decir que ya tengo suficientes aparatitos que usar en mi día a día, ¿y quieres que añada más? Lo siento, pero no.
Pero por mucho que me duela admitirlo, puede que haya llegado el momento de decir adiós a mi querido estándar de conexión original. En el mundo de la tecnología, el progreso es el rey, y USB-C representa el raro tipo de progreso que es realmente bueno para todos: los beneficios medioambientales por sí solos son una gran ventaja, y son mucho más cómodos de usar (¿la de creer que te has equivocado de orientación al intentar conectar el USB al puerto, darle la vuelta, volver a fallar, y darle la vuelta otra vez, os la sabéis?
Dicho esto... vamos, Apple. No puedes cobrar 29 pavos por un cable USB-C, especialmente cuando básicamente puedo comprar exactamente el mismo producto por diez euros en Amazon. Seamos serios.
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Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?
- Christian GuytonEditor, Computing