TechRadar Veredicto
La Xbox Series S es un excelente punto de entrada a los juegos de generación actual para quienes no tienen reparos en comprar juegos en formato digital o suscribirse a Xbox Game Pass. Es una excelente opción si quieres evitar el pagar el alto precio de una consola con la última tecnología, pero con algunos inconvenientes. Tiene mucho menos almacenamiento, prioriza la resolución de 1440p para juegos y no tiene la unidad de Blu-Ray 4K HD de la Xbox Series X.
Pros
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La Xbox más pequeña jamás creada
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Diseño compacto y especificaciones potentes
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Completamente silenciosa
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Tiempos de carga más rápidos
Contras
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1440p por defecto en los juegos
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El SSD de 512GB se llena rápidamente
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Sin unidad de disco
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La interfaz de usuario puede ser complicada al principio
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Análisis en dos minutos
La Xbox Series S es una consola de generación actual que trae un enfoque totalmente distinto a la Xbox Series X. Está diseñada para ofrecer el mismo salto generacional que la plataforma más potente de Microsoft, como altas velocidades de fotograma, trazado de rayos y tiempos de carga súper rápidos, pero a un precio considerablemente más económico, e inevitablemente, esto quiere decir que hay algunos puntos débiles.
La Xbox Series S tiene mucho menos almacenamiento que la Xbox Series X y se enfoca principalmente en una resolución de 1440p para juegos. Puede hacer escalado a 4K cuando se conecta a una pantalla UHD, y un puñado de títulos vienen en 4K nativo como Ori y Will of the Wisps, pero esta es una máquina diseñada principalmente para ejecutar juegos a una resolución más baja.
A la Xbox asequible también le falta la unidad de Blu-Ray 4K HD que sí tiene la Xbox Series X, lo que significa que es un dispositivo exclusivamente digital. Si has coleccionado una gran biblioteca de juegos físicos a lo largo de los años, este podría ser un factor decisivo.
Estos recortes pueden ser demasiado para algunos usuarios, pero el resultado final es una Xbox Series S mucho más barata y pequeña. Fundamentalmente, puede ejecutar juegos de la generación actual y es un gran punto de entrada al ecosistema de Xbox.
- Xbox Series X: análisis en profundidad
- Cómo conectar un mando de Xbox One a Xbox Series X y Xbox Series S
- Xbox Series X vs Xbox One X: ¿merece la pena pasarse a la consola de próxima generación de Microsoft?
Durante nuestro tiempo de análisis de la Xbox Series S, probamos docenas de juegos, desde éxitos de "optimizados para Xbox Series X|S" de última generación, incluyendo Halo: The Master Chief Collection, Forza Horizon 4, Doom Eternal, Gears 5 y Yakuza: Like a Dragon.
Todos ellos nos impresionaron, con velocidades de fotograma más fluidas, mayor resolución (en comparación con Xbox One y Xbox One S) y tiempos de carga más rápidos, aunque la calidad visual es menor que cuando se ejecutan en Xbox Series X, debido principalmente a que el estándar de resolución es más bajo.
Dicho esto, para los gamers que no tienen reparos en comprar juegos digitalmente o suscribirse a Xbox Game Pass, tendrán el set completo de funciones de la generación actual en la consola más barata de Microsoft. Por ello, la Xbox Series S es un gran punto de entrada a los juegos de generación actual, sin el gasto considerable que hace falta para tener una consola actualizada en toda regla.
Como ya hemos mencionado, hay algunas pegas a tener en cuenta. Si prefieres comprar juegos físicamente o has acumulado una gran colección de títulos de Xbox One a lo largo de los años, la ausencia de la unidad de disco en la Xbox Series S puede desanimarte.
También tiene un SSD de 512GB, y no hay una opción de mayor capacidad. Y aunque el SSD de la consola es drásticamente más rápido que las antiguas unidades mecánicas de Xbox One X y Xbox One S, puede llenarse rápidamente.
Los cinco juegos que hemos nombrado antes casi ocuparon todo el SSD de 512GB en nuestra unidad de análisis (solo hay 364GB de espacio utilizable), dejándonos con solo 30GB de espacio para jugar. Eso significa que si quisiéramos instalar un juego de ese tamaño en la unidad interna, probablemente tendríamos que eliminar algo primero para liberar espacio (o comprar por separado el almacenamiento ampliable de la consola, que cuesta casi lo mismo que la propia Xbox Series S).
La Xbox Series X utiliza sus potentes especificaciones para reducir considerablemente los tiempos de carga y aumentar el rendimiento general del juego y la fidelidad visual. Pero, si bien características como a Reanudación rápida, el Smart Delivery y la retrocompatibilidad le dan ese impulso adicional, es difícil negar que le faltan algunos puntos clave, mejoras en la interfaz de usuario y grandes títulos de lanzamiento que enganchen.
Xbox Series X: análisis en profundidad
El otro factor que puede disuadir al público de comprar la Xbox más asequible de Microsoft es el hecho de que tiene una salida de 1440p para juegos. Esta resolución es una de las favoritas en juegos de PC debido a la calidad de imagen superior que proporciona a más de 1080p, y la menor cantidad de desarrollo gráfico que requiere de los desarrolladores para conseguirlo, lo que ha permitido a Microsoft crear una máquina de especificaciones más bajas pero con características de la generación actual.
Si tienes una Xbox One X, la caída a 1440p desde el 4K nativo puede ser notable. La Xbox One X tuvo juegos como Forza Motorsport 7 a 4K60fps, y aún es capaz de ofrecer algunas imágenes impresionantes. Por ello, es fácil pensar que la Xbox Series S es un paso atrás; sin embargo, es capaz de mucho más que la vieja Xbox One X de Microsoft, aunque si no siempre la supere en términos de resolución.
En cuanto a las partes internas del sistema, la Xbox Series S se diferencia de la One X por su CPU mucho más potente y su GPU con mayor capacidad técnica, cortesía de la arquitectura RDNA 2 de AMD, que permite funciones de vanguardia como el trazado de rayos. Sí, la Series S tiene menos teraflops que la Xbox One X (cuatro en comparación con seis), pero los teraflops ya no son el factor que define cómo se determina la potencia de la GPU.
Para los propietarios de una Xbox One que buscan actualizarse sin quedarse en números rojos, la Xbox Series S es una gran opción, si te conformas con lo que logra. Sin embargo, si ya tienes la Xbox One X y una pantalla 4K en casa, te sugerimos que consideres la Xbox Series X en su lugar.
Xbox Series S: precio y lanzamiento
- Fecha de lanzamiento de la Xbox Series S: 10 de noviembre del 2020
- Precio de la Xbox Series S: 299,99€
- Se puede combinar con el Xbox Game Pass Ultimate por 12,99€ al mes
La Xbox Series S está disponible ahora por 299,99€, y se lanzó el 10 de noviembre del 2020. Es la misma fecha de lanzamiento que la Xbox Series X, aunque el precio es significativamente más barato que el de la Series X, que vale 499€.
Sin embargo, ten en cuenta que sin unidad de disco no podrás comprar juegos de segunda mano ni intercambiar juegos con tus amigos: dependes de la Xbox Store para cualquier compra, lo que significa que no siempre tendrás el mejor precio.
Ese problema se compensa un poco si te suscribes a Xbox Game Pass (un gasto aparte, pero de un valor excepcional), o solo vas a comprar juegos al precio completo en el momento del lanzamiento ocasionalmente, pero no es lo ideal para aquellos que dependen de las ventas de segunda mano o el intercambio de juegos físicos para financiar su pasatiempo.
Por supuesto, Microsoft no es la única compañía que ofrece nuevo hardware. Sony lanzó la PS5 solo unos días después de las Xbox Series S y Series X, por lo que si todavía estás indeciso, vale la pena consultar nuestros análisis de esas consolas antes de comprometerte.
Xbox Series S: diseño
- Tiene una pinta genial en horizontal y en vertical
- Cabe en casi cualquier sitio
- La consola y el mando quedan muy bien en blanco
Si bien el hardware de la Xbox Series S es completamente nuevo, el diseño recuerda un poco a la Xbox One S All-Digital Edition (ahora descontinuada).
La Xbox Series S tiene un ventilador negro distintivo en la parte superior, casi como una rejilla de altavoz, que rompe el blanco que recubre el resto de la consola, y es donde se acumula la mayor parte del calor. Es la Xbox más pequeña que Microsoft haya fabricado, con una cara frontal sencilla que tiene un solo puerto USB y un botón de encendido. Es un diseño limpio, sencillo y funcional.
En términos de puertos, si le das la vuelta a la Xbox Series S, encontrarás una salida HDMI 2.1, dos puertos USB 3.2, un puerto Ethernet, una ranura de expansión de almacenamiento y una entrada de corriente.
Como era de esperar, la Xbox Series S no tiene puerto para Kinect, la cámara de detección de movimiento ahora desaparecida de Microsoft, ni entrada HDMI para decodificadores de cable. (Sin embargo, ten en cuenta que la Xbox Series S solo se envía con un cable HDMI de alta velocidad, no con un cable HDMI de ultra alta velocidad).
En términos de peso y tamaño, la Xbox Series S mide 6,5 x 15,1 x 27,5cm y pesa alrededor de 2 kg. Su tamaño debe garantizar que se ajuste fácilmente a la mayoría de los espacios donde la vayas a ubicar y a los soportes de TV, y es lo suficientemente ligera para transportarla y llevarla a la casa de un amigo o de vacaciones.
Como hemos comentado antes, la Xbox Series S es más pequeña que la Xbox One S, lo cual es todo un logro considerando que incluye una GPU de 4 TFLOPs y una CPU Custom Zen 2 de ocho núcleos que deben enfriarse.
Si bien es posible que a algunos no les guste la forma en la que Microsoft ha imitado su propio diseño de la última generación, a nosotros no nos parece tan mal. Es bueno tener algo de continuidad, especialmente en productos que se anuncian como una familia de dispositivos en lugar de ser una línea completamente nueva, aunque sea bastante sencilla y de apariencia industrial.
Xbox Series S: rendimiento
- El escalado a 4K y el 1440p se ven muy bien
- Ofrece una jugabilidad fluida a 120 fps
- La velocidad de la Xbox es rápida ... pero no instantánea
El punto fuerte de la Xbox Series S es su propuesta gráfica: tiene gran potencia compactada. Puede ofrecer juegos escalados a 4K, resolución nativa de 1440p o a 1080p.
Su GPU, aunque no es tan potente como la de la Xbox Series X, puede mejorar los juegos a 4K (de forma parecida a la Xbox One S) y ejecutar juegos a 120fps y 1440p, pero necesitarás un HDMI 2.1 y una TV compatible si quieres mantener la resolución en 1440p. También es capaz de ejecutar el trazado de rayos y carga los juegos más rápido que nunca gracias a la arquitectura Xbox Velocity de Microsoft.
Combina todo esto con 10GB de memoria GDDR6 y SSD incorporado, y tendrás todas las características de una consola potente sin tapujos.
CPU: 8 núcleos 3.6GHz (3.4GHz con SMT) AMD 7nm
GPU: 4 teraflops a 1.565GHz
RAM: 10GB GDDR6
Tasa de refresco: hasta 120fps
Resolución: 1440p con escalado a 4K
Unidad óptica: No
Almacenamiento: 512GB NVMe SSD
Espacio disponible: 364GB
Pero, ¿realmente necesitas un televisor 4K? Incluso, ¿necesitas uno que admita HDMI 2.1 para la frecuencia de actualización de 120Hz? Repasemos todos los escenarios.
Si estás usando un televisor de 1080p, la Xbox Series S usa una técnica llamada supermuestreo para crear imágenes de mejor apariencia, incluso en pantallas de menor capacidad. El supermuestreo es un proceso complejo, pero la idea básica es que el juego se renderiza a una resolución más alta y luego reduce la escala de la imagen para que coincida con la salida de tu televisor.
El resultado final es un aumento notable en la claridad de la imagen y el suavizado (la eliminación de bordes irregulares y pixelados), y significa que los gamers que no están usando una pantalla compatible con 4K o 1440p aún disfrutarán de la calidad de imagen mejorada de Xbox Series S.
Sin embargo, esperamos que la mayoría de gente use la Xbox Series S en un televisor 4K HDR, potencialmente uno con una frecuencia de actualización nativa de 120Hz, aunque es probable que la mayoría de las pantallas vendidas en los últimos años solo admitan 60Hz a 4K y 1440p.
Si conectas la Xbox Series S a una pantalla 4K, la consola utilizará una técnica llamada escalado para convertir una señal 4K no nativa a 4K. Si bien hay una gran diferencia entre renderizar en 4K y renderizar en 1440p y luego escalar a 4K, especialmente si tienes buen ojo para los detalles, aún hace que los juegos de la Xbox Series S se vean mejor que si la consola estuviera limitada a 1440p.
Vale la pena señalar que la Xbox Series S puede ejecutar algunos juegos en 4K nativo si el desarrollador elige habilitar esa opción, pero se hace juego por juego y no es algo que verá en todos los títulos del sistema.
El resultado aquí es que la consola puede utilizar el HDR (alto rango dinámico) que permite una paleta de colores más amplia, un brillo máximo más alto y mejores niveles de contraste. Los cielos se ven más azules, la hierba se ve más verde y los colores inundan cada escena. Si aún no has tenido la oportunidad de jugar en HDR, te espera una bonita sorpresa.
Si tienes la suerte de tener una pantalla compatible con HDMI 2.1, puedes habilitar los 120fps a 1440p sin tener que bajar a una resolución de 1080p. Para habilitar los 120fps, simplemente entra en la configuración de audio y vídeo de la consola, donde puedes elegir entre varias opciones de resolución y velocidad de fotograma.
Es bastante sencillo, pero vale la pena señalar que no todos los juegos pueden alcanzar los 120fps. Algunos en los que sí funciona son The Falconeer, Gears 5, Call of Duty Black Ops: Cold War, Halo Infinite y más que saldrán en el futuro.
Incluso si no inviertes en un televisor nuevo, verás los beneficios del nuevo SSD y la arquitectura Xbox Velocity de Microsoft. Esta última es una solución de varios pasos que combina el SSD NVMe personalizado de la Serie S, bloques de descompresión acelerados por hardware, una nueva capa de API DirectStorage y Sampler Feedback Streaming (SFS).
Eso es mucho para analizar, pero la esencia es que los datos se almacenan de una manera más eficiente y se pueden cargar en la memoria más rápido gracias tanto al medio de almacenamiento físico como a los algoritmos de software que Microsoft ha implementado para cargar los datos.
El resultado son tiempos de carga mucho más rápidos en comparación con la Xbox One X, y el SSD también habilita funciones como Reanudación Rápida, a las que llegaremos en breve.
Por supuesto, el área menos impresionante es la limitada capacidad de almacenamiento de 512GB, que la mayoría llenan prácticamente de la noche a la mañana. Si bien 500GB fueron suficientes al principio durante la anterior generación de consolas, el tamaño de los juegos se ha expandido exponencialmente en los años posteriores, lo que hace que cualquier cosa de menos de 1TB de almacenamiento se quede muy corta.
Y es peor si consideras que ni siquiera tienes acceso a los 512GB enteros de almacenamiento. El sistema operativo ocupa 148GB de espacio, lo que significa que solo tienes 364GB de almacenamiento utilizable para jugar.
Para cuando hayas instalado cuatro o cinco juegos, tendrás que empezar a pensar en qué desinstalar, y nunca es cómodo. Si bien Microsoft afirma que los juegos en Xbox Series S serán hasta un 30% más pequeños debido a que no tienen archivos de texturas 4K, esto no hará que la unidad interna del sistema se llene más lentamente.
La buena noticia es que Microsoft lanzó una solución de almacenamiento extra en el lanzamiento, en asociación con Seagate, que puede añadir 1TB de almacenamiento adicional si te quedas sin espacio. ¿Las malas noticias? La tarjeta de expansión de almacenamiento Seagate cuesta unos 220€, dinero con el que podrías empezar a pagar una Xbox Series X nueva.
Mando de la Xbox Series S
- Mejor tacto que antes gracias a pequeños retoques
- Los gatillos son más cortos, el mando es más fácil de agarrar gracias al nuevo acabado texturizado
- El botón Share es algo que se agradece, y el D-pad de 360 grados da buenas sensaciones
- Todavía usa pilas AA, desafortunadamente
Si vienes del mando de la Xbox One, te perdonamos por pensar que el mando Xbox Series X|S no es tan diferente. En realidad, ahora es más cómodo y más fácil de usar que nunca debido a los cambios sutiles en su ergonomía.
Sus dimensiones generales se han modificado ligeramente, reduciendo el tamaño del mando en general, pero no hasta el punto en que sea perceptible para el usuario medio. Ahora hay más personas con tamaños de manos diferentes que pueden usar la nueva plataforma de Xbox cómodamente. Otros cambios incluyen un acabado texturizado y mate en los agarres, los gatillos y los joysticks, que te ayudan a tener más control en las tensas sesiones de juego.
Sin embargo, probablemente el mayor cambio para el mando en sí es el nuevo D-pad, que ha sido revisado para ser un pad completo de 360 grados que va muy bien con el pulgar. Cada dirección hace clic con un sonido claro y buena respuesta táctil (aunque algunos pueden encontrarlo más ruidoso de lo deseable), y su acabado suave hace que realizar barridos de semicírculo en los juegos de lucha sea un verdadero placer.
Otro cambio menor es que los gatillos en la parte trasera del mando se han acortado para que sean más cómodos para manos más pequeñas. Los gatillos aún tienen retroalimentación háptica con motores que vibran, pero no es lo mismo que los gatillos adaptativos en el mando DualSense de la PS5, que pueden cambiar la resistencia sobre la marcha.
El nuevo botón Share hace exactamente lo que esperas: captura y comparte momentos de tu partida para publicarlos en tu Feed de Xbox o en redes sociales. Un clic hace una captura, y si lo mantienes presionado durante más tiempo hace un vídeo de 15 segundos (puedes ajustar la duración en la configuración de Share).
Es mucho más fácil que en la Xbox One, donde tenías que presionar el botón de inicio dos veces y luego X o Y, pero hace falta acostumbrarse si estás habituado a hacerlo a la antigua.
Sin embargo, en general, es básicamente lo que recuerdas, con dos palancas analógicas asimétricas, los botones de menú y vista que se completan con el start y el select, y los cuatro botones frontales (A, B, X, Y).
El mando Xbox Series S conserva su entrada de audio de 3,5 mm y el puerto de expansión en la parte inferior, pero ahora usa un puerto de carga USB tipo C en lugar de microUSB. También encontrarás el botón de conexión en la parte superior, que se usa para sincronizar el mando con la consola o para emparejar cuando usas el Bluetooth.
El nuevo mando sigue siendo cómodo para jugar, pero su mayor debilidad es el hecho de que todavía usa pilas AA, en lugar de una batería recargable como el Xbox Elite Wireless Controller Series 2. Un par de pilas duran unas 10 horas de gaming intenso.
Si te escandaliza la idea de un mando que use pilas AA hoy en día, también puedes comprar un kit de Microsoft, que incluye pilas recargables y un cable USB-C, que te ahorraría dinero a largo plazo (aunque también puedes usar pilas AA recargables).
Si bien ese kit es obviamente un gasto adicional que puede molestar a algunos, al menos hay un poco de flexibilidad, y tampoco estás a merced de una batería de litio, que puede estropearse con el tiempo y que es más cara de sustituir.
¿Nuestro consejo? Pilas recargables, o el kit de Microsoft, si vas a jugar más de 40 horas a la semana.
Xbox Series S: características
- La interfaz de usuario parece un poco abarrotada y, en algunas partes, lenta
- La Reanudación Rápida está a la última
- El Smart Delivery te garantiza que tienes la mejor versión posible de un juego
- Buena selección de aplicaciones de streaming, además de compatibilidad con Dolby Vision y Atmos
Si han pasado algunos años desde que compraste una Xbox y te preocupa que el proceso de configuración pueda ser confuso, puedes estar tranquilo. La configuración de la Xbox Series S es un proceso sencillo, gracias en gran parte a la nueva y mejorada aplicación Xbox para Android e iOS.
Tendrás que descargar la aplicación de App Store o Google Play Store e iniciar sesión en tu cuenta de Microsoft. Una vez que hayas iniciado sesión, enciende la consola y escribe el código que ves en la aplicación que aparece en la pantalla de tu televisor; esto extrae todos tus datos. Aún necesitarás algunos detalles extra para iniciar sesión en la consola, como tu nombre y la contraseña del Wi-Fi, pero, después de una pequeña actualización que se instalará sola, estará todo listo.
La interfaz de usuario que te dará la bienvenida cuando hayas terminado de configurar la Xbox Series S resultará familiar al instante a cualquiera que haya usado una Xbox One en los últimos tres meses, ya que el "nuevo" Panel de Control de Xbox se lanzó en agosto, y es el mismo en todos los aspectos, tanto Xbox Series X y S como el hardware más antiguo. Sin embargo, no es la interfaz más intuitiva.
Hay mucha información expuesta a la vez, y es justo decir que hay una pequeña curva de aprendizaje cuando se trata de descubrir cómo navegar por la interfaz de usuario de manera efectiva.
La desventaja de que las nuevas consolas tengan la misma interfaz de usuario que la serie One es que la Xbox Series S no parece diferente, incluso si navegar por el tablero da una sensación más ágil que antes gracias a la potencia extra bajo el capó.
Además, la nueva interfaz de usuario todavía tiene algunos de los mismos problemas que hemos experimentado en el pasado con la interfaz de la Xbox One: algunas imágenes en la pantalla tardan unos segundos en cargarse hasta que el contenido se baja de Internet y, en general, es demasiado lento para la mayoría, con mucha más información en pantalla al mismo tiempo de la que realmente necesitas.
Sin embargo, mira más allá de la interfaz de usuario y empezarás a ver algunas áreas en las que la Xbox Series S realmente innova, aunque es cierto que son más sutiles.
El Smart Delivery de Xbox Store hace que siempre tengas la mejor versión posible de un juego al descargarlo o si se actualiza en el futuro. Tus datos guardados también se transfieren sin problemas, incluso si pasas de tu antigua Xbox One / One X / One S a la nueva Xbox Series S. Es básicamente retrocompatible y está preparada para el futuro a la vez, lo cual es tranquilizador.
Ahora es posible alternar entre varios juegos a la vez gracias a Quick Resume, una nueva función que permite que la Xbox Series S mantenga varios estados de juego en la memoria al mismo tiempo, para que puedas saltar de un título a otro sin tener que volver a cargarlos.
La cantidad de juegos que se pueden tener "en pausa" varía (teníamos hasta ocho en un momento dado) y no funciona con todos los títulos, especialmente aquellos con mundos online en constante cambio, como Sea of Thieves. Es una función útil que ahorra tiempo y que solo es posible gracias al SSD de la consola, y los puntos donde dejaste el juego se conservan incluso si la consola está completamente apagada.
Por último, tenemos que hablar de las capacidades multimedia de la consola. Como dispositivo para streaming, la Xbox Series S ofrece la mayoría de los servicios principales, desde Netflix y Amazon Prime Video hasta recién llegados como Apple TV Plus y Disney+.
Para acceder a ellos, es necesario entrar en la sección Aplicaciones de tu biblioteca o, si usas con frecuencia aplicaciones particulares, puedes anclarlas a la pantalla de inicio o crear un grupo específico al que se pueda acceder desde la guía de Xbox. Nos dimos cuenta de que, al igual que los juegos, las aplicaciones se quedaban en el mismo punto cuando pasábamos de una a otra.
Es importante tener en cuenta que, si bien la Xbox Series S solo emite a una resolución de 1440p cuando estás jugando, la consola es capaz de ejecutar aplicaciones de streaming en 4K HDR. Eso significa que Netflix, Disney+ y Apple TV Plus se emitirán en 4K si estás usando una pantalla compatible.
Al igual que en la One X, algunos de estos servicios están disponibles en Dolby Vision y Dolby Atmos, lo que le da acceso al HDR avanzado y al sonido envolvente 3D, pero es posible que tengas que pagar una suscripción más alta para acceder a esos formatos.
Xbox Series S: biblioteca de juegos
- Línea de lanzamiento escasa con pocas exclusivas
- Retrocompatibilidad con tres generaciones de consolas Xbox
- Xbox Game Pass es una excelente manera de aumentar instantáneamente tu biblioteca
No nos andaremos con rodeos: la biblioteca de juegos de la Xbox Series S tuvo un mal comienzo. Con el retraso de Halo Infinite no hubo exclusivas propias disponibles en el lanzamiento de esta consola, aparte de los títulos que han estado disponibles anteriormente en Xbox o en PC, como Gears Tactics.
En lugar de lanzar nuevas experiencias desde el primer día, Microsoft ha optado por mejorar la biblioteca de juegos que ya tiene a través de las optimizaciones de Xbox Series S. Juegos como Gears 5, Forza Horizon 4 y Ori and the Will of the Wisps y Sea of Thieves se han optimizado para aumentar su resolución base o velocidades de fotograma, o para ofrecer una mayor fidelidad visual.
Si quieres ver rápidamente qué juegos se han optimizado para Xbox Series S, ve a 'Mis juegos y aplicaciones' > 'Juegos' > y luego selecciona 'Agrupar por tipo de consola'. A continuación, puedes ver todos los juegos optimizados para Xbox Series X|S de un vistazo.
Si eres de los que les encanta tener acceso a toda la biblioteca de juegos de Xbox pasados y presentes, la Xbox Series S te gustará porque tiene cuatro generaciones de títulos de Xbox, que se remontan a la Xbox original.
Poder saltar entre clásicos de Xbox 360 como Viva Piñata y Red Dead Redemption y superventas más modernos es reconfortante, y es agradable no tener que desempolvar el antiguo hardware o rastrear un televisor CRT antiguo.
Lo que hay que tener en cuenta es que, puesto que la Xbox Series S no tiene una unidad de disco, necesitarás versiones digitales de esos juegos antiguos para poder jugarlos, y solo por eso, Xbox Game Pass es excelente.
Encontrarás más de 100 juegos disponibles para descargar en Xbox Series S, con una combinación de nuevos títulos propios como Halo: The Master Chief Collection, Gears 5 y Forza 7, y algunas joyas independientes de la era de la Xbox 360.
Aunque Game Pass no puede compensar la falta de exclusivas en el lanzamiento, te permite completar tu biblioteca y te da la oportunidad de ver algunos de los mejores juegos de la generación anterior desde una nueva perspectiva. También tienes acceso a todos los juegos propios de Microsoft desde el día de su lanzamiento, incluido el próximo Halo Infinite, por lo que es un gran ahorro a largo plazo.
¿Deberías comprar la Xbox Series S?
Cómprala si...
Vas mal de presupuesto, pero aun así quieres probar los juegos de la generación actual
Para los propietarios de la Xbox One original, la Xbox Series S es fácil de recomendar. Ofrece juegos en 1440 nativo con soporte de hasta 120 fotogramas por segundo. No es la mejor consola del mercado, por supuesto, pero es una enorme actualización con respecto a sus predecesoras.
Planeas tener mayormente juegos de Xbox Game Pass
Debido a que tendrás todos tus juegos en formato digital en Xbox Series S, te recomendamos comprar también una suscripción a Xbox Game Pass. Te dan acceso a los últimos juegos tan pronto como se publiquen, y títulos online, y también tendrás dos juegos gratis cada mes.
Estás cansado de las pantallas de carga
Las características principales de la Xbox Series S son el SSD y la arquitectura Xbox Velocity de Microsoft. Poder saltar de un juego a otro con Reanudación Rápida hace que no tengas que perder tiempo esperando a que los juegos se inicien, mientras que el SSD te asegura que los tiempos de carga sean la mitad de lo que estás acostumbrado a ver en la generación anterior.
No la compres si...
Te encanta tener una biblioteca de juegos instalada en todo momento
El SSD es ciertamente lo suficientemente rápido, pero sacrificando el espacio total de almacenamiento. Después de tener en cuenta lo que ocupa el sistema operativo, la Xbox Series S solo tiene alrededor de 364GB de espacio utilizable, que se llena rápidamente. Si quieres mantener los juegos instalados en tu consola, tendrás que pasarte a Xbox Series X o gastar dinero en una solución de almacenamiento externo.
Tienes una gran biblioteca de Blu-rays o juegos físicos
El otro gran inconveniente de la Xbox Series S es que no tiene unidad de disco. Eso significa que no podrás jugar a tus antiguos títulos de Xbox 360 o Xbox One con la nueva consola, ni podrás usarla como reproductor de Blu-ray 4K UHD, como sí puede hacerlo con las Series X, One X y One S.
Exiges una experiencia de generación actual sin restricciones
Con Reanudación Rápida, el trazado de rayos y compatibilidad con juegos de 120fps, la Xbox Series S hace bastante de lo que puede hacer la consola insignia de Microsoft. Sin embargo, la falta de resolución nativa en 4K en la mayoría de los juegos y una unidad de disco, junto con una cantidad muy limitada de almacenamiento SSD, significa que la Series S no es el ejemplo perfecto de consola de generación actual.
Nick Pino is Managing Editor, TV and AV for TechRadar's sister site, Tom's Guide. Previously, he was the Senior Editor of Home Entertainment at TechRadar, covering TVs, headphones, speakers, video games, VR and streaming devices. He's also written for GamesRadar+, Official Xbox Magazine, PC Gamer and other outlets over the last decade, and he has a degree in computer science he's not using if anyone wants it.
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