Estoy probando estas 4 cosas para combatir el uso excesivo del móvil y la verdad es que funcionan
Es hora de desconectar
Las redes sociales se han convertido en un elemento básico en nuestras vidas, ayudándonos a mantenernos al día con las personas que nos importan e incluso convirtiéndose en nuestro principal método de comunicación. En algún momento de cada día, probablemente desbloqueas tu teléfono, abres una aplicación y te tomas un minuto para ponerte al día de lo que ocurre en el ciberespacio.
Existen numerosos estudios que explican en detalle cómo y por qué las redes sociales pueden tener un efecto negativo en nosotros. Un estudio internacional realizado en 2022 en Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Noruega reveló que las personas que utilizaron las redes sociales para aliviar la soledad o como entretenimiento durante la pandemia acabaron experimentando una peor salud mental.
Personalmente, me he dado cuenta de lo mucho que mi teléfono (y la forma en que lo uso) ha estado afectando a mi estado de ánimo, ¡así que he decidido hacer algo al respecto! Si a ti te pasa lo mismo, esto es lo que debes hacer si estás harto de pasar tanto tiempo en las redes sociales.
En primer lugar, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Hablemos de la economía de la atención. Si somos sinceros con nosotros mismos por un momento, debemos admitir que la vida online se ha convertido en un flujo interminable de basura digital. Mark Manson contextualiza la economía de la atención de una manera interesante: normalmente las personas y las comunidades centran sus debates en torno a lo que no tienen. Pone el ejemplo de hablar con personas que han crecido con una disponibilidad de alimentos restringida o insegura, ya sea por circunstancias personales o por el lugar donde viven. Las comunidades que viven con escasez de alimentos siempre hablarán de la comida de alguna manera. Lo que van a comer este fin de semana, su comida favorita, un plato nuevo que han probado. La escasez impulsa la conversación y el interés.
La escasez más prevalente que la mayoría de nosotros experimentamos en la era moderna no es la comida o el conocimiento, sino la atención. La razón por la que sentimos que no podemos alejarnos de las redes sociales es el hecho de que todas las aplicaciones de tu teléfono luchan por tu atención y están diseñadas para mantenerte enganchado el mayor tiempo posible. Tristan Harris, antiguo especialista en ética del diseño de Google, dijo una vez: «Si no pagas por el producto, tú eres el producto», y es una cita que se me ha quedado grabada desde que la oí por primera vez, y a menudo me ronda por la cabeza cuando me encuentro haciendo doomscrolling (ese momento de ver shorts, posts o publicaciones infinitamente, perdiendo incluso la noción del tiempo).
Lo primero es reconocerlo
Con esto en mente, en algún momento en medio de la pandemia (¿os acordáis de la pandemia?) me tumbé bajo las sábanas a las 3 de la tarde de un jueves cualquiera y comprobé mi tiempo de pantalla, sólo para descubrir que tenía una media de 10 horas durante toda la semana. ¿Y sabéis lo peor? Que 10 horas no era ni tanto . Había bajado tres horas respecto a la media de la semana pasada. Eso es, en retrospectiva, bastante triste (casi no puedo creer que esté diciendo esto, pero en TechRadar sacamos pecho con la sinceridad, incluso cuando esa sinceridad da vergüenza ajena).
Pasé tanto tiempo en mi teléfono porque, durante la pandemia, sentí como si todos mis amigos y mi familia vivieran allí. TikTok era la forma en que yo (y tantas personas) me sentía conectado con mis compañeros mientras estaba atrapado en casa. Nos comunicábamos con memes y todos veíamos los mismos programas. No sé qué habría ocupado mi tiempo de no ser por esa distracción (bueno, probablemente algo mucho más útil y sano que TikTok).
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Cuando las cosas volvieron poco a poco a la normalidad, me traje conmigo mis malos hábitos telefónicos. En algún momento, pensé que podría tener una adicción total a las redes sociales debido a lo natural que se había convertido estar en mi teléfono hasta que me dolía la mano.
He estado utilizando algunos trucos muy simples y fáciles para destetarme de mi teléfono, y aunque pueden parecer sin pretensiones, en realidad han ayudado mucho. Últimamente paso mucho menos tiempo con los ojos pegados al rectángulo digital de mi bolsillo, y así es como lo he conseguido.
Cómo empezar a romper el círculo vicioso
Carga el móvil LEJOS de la cama
Amigos, sé que estoy empezando fuerte y tal vez un poco mezquino, y esto es probablemente lo último que querríais hacer, pero realmente funciona. Si sé que tengo que levantarme físicamente de la cama para cargar mi teléfono para ir al trabajo o a la escuela al día siguiente, no voy a esperar hasta que esté a punto de desmayarme después de hacer un doomscrolling interminable por la noche.
Una vez que conectes el teléfono, puedes irte a la cama y empezar a dejar el hábito de mirar las redes hasta quedarte dormido. Si usas el móvil como despertador, esto también te ayudará a levantarte de la cama a primera hora de la mañana, en lugar de estar manoseando el móvil hasta que deje de sonar y puedas dormir un poco más.
En lugar de hacerlo a primera hora de la mañana...
La primera y más nefasta forma en la que saboteo mi día es empezando mi atracón de redes sociales nada más abrir los ojos. Te acabas de despertar y probablemente estés un poco desorientado, así que cuando coges el móvil y abres TikTok, Twitter, Instagram o Reddit, lo primero que estás haciendo es atiborrar tu pobre cerebro de luces brillantes y un subidón artificial de dopamina.
Lo mejor que puedes hacer si intentas evitar estar tanto tiempo con el móvil es sustituir activamente esa conducta, no eliminarla. Este consejo es válido no sólo para cuando te despiertas, sino en cualquier momento en que uses demasiado el teléfono.
En este caso, puedes sustituir el desbloqueo y uso del teléfono después de que suene la alarma por una acción diferente, para redirigir el hábito que podrías haber estado reforzando durante un tiempo. Oblígate a comer, ducharte o lavarte los dientes antes de abrir tu aplicación de redes sociales preferida.
...y justo antes de ir a la cama
Soy increíblemente culpable de esto, y ha sido la parte más difícil de esta «desintoxicación» de las redes sociales para mí: no desplazarme a través de mi teléfono hasta que me duermo. No me malinterpretes, si quieres (y creo que es una gran idea) puedes reservar un rato del día cuando te estás acostando para ver unos vídeos, llamar a un amigo o ponerte al día en Twitter. Sin embargo, la mayoría de los expertos recomiendan dejar el teléfono a un lado al menos una hora antes de irse a la cama.
¿Por qué? Por la luz azul. La luz azul se emite desde la pantalla de tu teléfono y es bastante perjudicial para tus ojos con el tiempo, sobre todo si te tumbas en la cama a oscuras. La luz frena la producción de melatonina, la hormona que controla el ciclo sueño-vigilia, lo que hace que sea mucho más difícil conciliar el sueño. Por eso mucha gente acaba «desmayándose» en vez de dormirse normalmente y le cuesta «apagar» el cerebro.
La mayoría de los teléfonos modernos tienen un «modo nocturno» que tiñe la pantalla de tonos ámbar o la vuelve completamente monocromática para reducir el impacto de la luz azul, pero en última instancia se trata de una medida provisional: es mejor no convencerse de que se puede estar con el teléfono sólo porque la pantalla es más naranja de lo habitual.
3… 2… 1…
Puede ser duro si eres como yo y has llegado a un punto en el que estás tan agotado por todo que sólo quieres dejarlo pasar, pero no puedes. Lo mejor que he encontrado es el método 3-2-1.
Cuando estás hojeando el teléfono y sabes que estás perdiendo el tiempo, que estás llegando tarde o que simplemente te estás deprimiendo un poco gracias al flujo constante de malas noticias en las redes sociales, todo lo que tienes que hacer es ponerte en marcha la cuenta atrás. Sólo tres tuits más, tres shorts, tres de lo que tengas entre manos... ¡y se acabó! Tres, dos, uno: deja el teléfono y levántate, o tíralo sobre la cama, ponte a hacer tus tareas y comprueba cómo te sientes.
No debería sorprenderme, pero me siento mejor cuando hago algo productivo en lugar de quedarme pegado al teléfono. Es fácil olvidar -en esta era de seratonina rápida y constante de las aplicaciones en nuestros bolsillos- que los seres humanos están hechos para hacer cosas, no para vivir a través de las cuentas de redes sociales de otros. Voy a seguir intentando mantenerme alejado del teléfono, y espero que estos consejos te ayuden a ti también.
Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?
- Muskaan SaxenaComputing Staff Writer