La Casa del Dragón ya está disponible en HBO Max, y aún no sé si quiero ver esta precuela de Juego de Tronos
¿Estoy preparada para superar la decepción del final de Juego de Tronos? ¿Alguien más se siente como yo?
Juego de Tronos ha supuesto para mí una de las mayores alegrías y a la vez una de las mayores de decepciones de mi vida. Cinematográficamente hablando, claro.
Os lo digo ya, estoy aprovechando con este artículo esa fantástica faceta de mi trabajo como editora en TechRadar España, que además de permitirme probar las mejores tecnologías, me da la oportunidad de compartir mis opiniones con nuestros lectores, y la verdad, no creo que sea la única persona que se sienta como yo con este dilema del que os quiero hablar aquí: ¿Estoy preparada para ver La Casa del Dragón, la serie precuela de Juego de Tronos?
Juego de Tronos es una de las series que me ha acompañado durante varios años, ocho concretamente. En mi caso, eso abarcó desde una época de Universidad, hasta mi paso a la vida laboral. Durante ese tiempo, mientras estaba en emisión cada temporada, tenía ese momento especial reservado un día a la semana para ver la serie en cuanto estaba disponible. Era una ilusión más para mi día a día.
Con cada capítulo de Juego de Tronos, me emocionaba al escuchar esa canción de intro del principio, que me preparaba para otra maravillosa dosis de esa gran serie.
Lo reconozco, soy una persona que vive con mucha pasión, y esto se aplica a la mayoría de las cosas que me rodean: desde las series que veo, a las nuevas innovaciones en tecnología o una buena cena en un restaurante, por ejemplo.
Es habitual en mí que cuando acaba una serie que he estado siguiendo durante mucho tiempo, siento como un pequeño hueco de vacío en mi interior, y paso una especie de tiempo de luto que necesito para despedir esa parte de mi vida. Lo sé, soy consciente, sueno un poco loca, pero no me avergüenzo, prefiero decir que soy “especial” 😂.
Mi trauma con Juego de Tronos
Viviendo con esta pasión las series, tengo que decir que el final de Juego de Tronos para mí fue un trauma. Y no es por las típicas cosas que dice la gente de "que le parece mal que la Khaleesi se volviera mala", o cosas así. Lo reconozco, el penúltimo capítulo de la última temporada, que es en el que a Daenerys se le va la pinza del todo, y mata a tanta gente, niños incluidos, me partió el corazón. Pero no me pareció “mal” a nivel creativo. No considero que algo sea malo por el hecho de que me desagrade: para mí lo importante es que el equipo creativo y los guionistas hayan pensado bien lo que quieren hacer. Que unan bien los hilos y que desarrollen las tramas con unas ideas claras, de forma inteligente.
La última película de los vengadores (Endgame) me pareció una obra de arte por eso mismo, me pareció tan inteligente que incluso mucha gente no consiguió entenderla del todo. Y sí, sigo sin superar la muerte de Iron Man (esto ya no es spoiler, han pasado años), pero eso no significa que fuera una mala película; me parece buenísima.
Otro clásico ejemplo de finales difícilmente digeribles para mí fue el de Cómo conocí a vuestra madre, otra serie que forma parte de mi vida: te pasas 9 años esperando para conocer a la mujer de Ted, y luego básicamente en los últimos dos capítulos, la conocemos, la matan y Ted vuelve con Robin. Pero incluso aquí, cuando ves la serie varias veces (yo sigo repitiéndola mínimo una vez al año, enterita) si lo analizas a posteriori, te das cuenta de que en toda la serie al final todo apunta a lo mismo: Ted ama a Robin, es el gran amor de su vida, y por eso, con el tiempo he aprendido a respetar incluso aquel final.
Pero con Juego de Tronos mi reacción fue distinta. Mi reacción fue vetar de mi mente todo lo relacionado con la serie; tal era mi decepción. Ni hablé nunca más de ella, ni nunca volví a verla, y mi único objetivo era olvidarlo todo. De hecho, lo único que sigo tolerando, y escuchando de vez en cuando, es la canción de “The Rains of Castamere”, y eso en parte es culpa de mi hermano, que durante mucho tiempo la ponía en el coche, pero lo cierto es que esa canción me relaja.
Y la verdad, es una pena. Es una pena sentir este despecho por algo que durante tanto tiempo me aportó tanto. Es una pena, porque el resto de las temporadas me dieron de lo más maravilloso que he visto en mi vida. ¿Será porque lo anterior se regía por los libros, cuidadosamente escritos, mientras que después la serie se adelantó a las novelas y tuvo que buscarse su propio camino?
Lo que me decepcionó del final de Juego de Tronos fue que no se trabajaran mejor los detalles. Quiero decir, tanto rollo con John Nieve, y sigo con la sensación de que todo lo que hizo en el último capítulo fue estar escondido detrás de una roca y perder el tiempo... Igualmente, sigo soñando con que de repente me pueda aparecer una Arya de la nada y matarme (que es como se cargó al malo malote de los caminantes blancos). En fin, no voy a entrar en detalles, de todo eso ya se ha hablado suficiente.
El dilema al que me enfrento ahora con La Casa del Dragón
El tema es que ahora me encuentro ante un gran dilema: en tan solo unos días se estrena la precuela de Juego de Tronos, La Casa del Dragón, y de verdad, que todavía no sé si la quiero ver.
La primera vez que saltó la noticia de que iba a salir esta nueva serie lo tenía claro: no pensaba verla bajo ningún concepto. Y como tal, lo reconozco, no he leído noticias, ni absolutamente nada sobre ella, ni he visto los tráileres, ni nada. He mostrado cero interés, porque no quería verla, y porque todo eso, como veis, toca una parte traumática de mi vida que he querido enterrar.
Ahora bien, el otro día me salió el anuncio con el próximo estreno en HBO Max, y le dije a mi marido “por mucho que me pongan los anuncios no la pienso ver”, y qué sorpresa me llevé cuando su repuesta fue “hombre, habrá que darle una oportunidad”. Y por eso estoy aquí, escribiendo esto.
La verdad es que me ha sorprendido cuando he comprobado que la serie terminó en 2019. Francamente, sentía que había pasado más tiempo desde aquello. Ahora veo que tengo dos posibilidades ante mí: superar aquella ruptura del pasado y dar paso a algo nuevo, que además puede ser muy bueno, o seguir siendo una resentida de Juego de Tronos para siempre.
En conclusión: ¿ver o no ver? Esa es la cuestión... Yo os lo confieso, todavía no lo he decidido al 100%, pero creo que me decantaré finalmente por ver la nueva serie precuela, aunque solo sea para hacer feliz a mi marido, que quiere verla. Y tal vez, de paso, me quite esa espina que tengo clavada.
No sé si alguien se ha podido sentir identificado con estas líneas, aunque sea en parte, pero yo me he desahogado y eso que me llevo. Si quieres compartir con nosotros tu opinión, recuerda que puedes contactarnos a través del Twitter, Instagram o Facebook de TechRadar España.
Juego de Tronos: La Casa del Dragón se ha estrenado hoy, lunes 22 de agosto, en HBO Max. Mientras tanto, si lo deseas, puedes leer el artículo que ha elaborado mi compañero Antonio Romero en el que ha reunido absolutamente todo lo que se sabe sobre la serie, desde el reparto y las tramas, al tráiler. Tal vez después de leerlo tengas claro si la querrás ver o no, en caso de que tengas dudas como yo.
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Soy ingeniera informática y editora del equipo de TechRadar España. Me gusta todo tipo de tecnología, pero los ordenadores son mis dispositivos preferidos. Además de escribir sobre ellos me encanta arreglarlos, al fin y al cabo, pueden llegar a estar tan locos como yo.