Las películas de Quentin Tarantino, ordenadas de peor a mejor
Aquí tienes el ranking de las películas dirigidas por Tarantino, uno de los mejores directores de nuestro tiempo
A lo largo de la última década, Quentin Tarantino ha mantenido que sólo hará 10 películas en su carrera y luego se retirará del cine. Hasta ahora ha hecho nueve, la última de las cuales fue Érase una vez en Hollywood, y todavía no se sabe cuál será la décima y última.
Actualmente, Tarantino se dedica a escribir fuera del mundo del cine. En otoño publicará un nuevo libro, Cinema Speculation. El libro es parte historia personal y parte crítica de una serie de películas clásicas de la década de 1970. Será su segundo libro, después de haber publicado la novelización de Érase una vez en Hollywood en el 2021.
Tal vez en las entrevistas que conceda cuando lance Cinema Speculation, si es que concede alguna, Tarantino pueda ofrecer alguna pista sobre cuál será su último film. Hasta entonces, sólo nos queda especular.
Así que, mientras esperamos el próximo trabajo del maestro del guion y la violencia exagerada, hemos pensado que sería divertido clasificar sus nueve películas hasta ahora, de la peor a la mejor.
9. Érase una vez... En Hollywood
Tarantino ha pasado una gran parte de su carrera haciendo las películas que a él le hubiera gustado ver, y dando rienda suelta a sus gustos personales. En su última época ya no se molesta lo más mínimo en disimularlo. Érase una vez en Hollywood no está nada mal, pero es la más floja de esta filmografía, en nuestra opinión.
El film, un extenso viaje de 161 minutos ambientado en la ciudad de Los Ángeles del 1969, es viaje simultáneo por dos caminos. Una gran parte de la trama sigue al Rick Dalton de Leonardo DiCaprio y a su doble de acción de toda la vida, el Cliff Booth de Brad Pitt. Ambos luchan por mantenerse a flote en Hollywood y se abren camino en una industria que apenas reconocen ya.
Por otro lado, Sharon Tate, interpretada por Margot Robbie, se muda a la casa de al lado de Dalton, lo que es un acontecimiento para el vecindario. A esto se suma el inquietante espectro de la Familia Manson, que está a punto de llevar la cultura hippie y alegre de los años 60 a un sangriento final.
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Como es costumbre del director en cada una de sus películas desde Kill Bill, todo se vuelve un poco loco al final y, aunque es disfrutable, da la impresión durante un largo trecho de metraje que no sabe hacia dónde se dirige, le faltan escenas que capturen toda la atención del espectador y ciertas partes tienen un minutaje excesivo. Es cierto que es admirable cómo la cinta es prácticamente un documental sobre la sociedad y el estilo de vida del Hollywood de finales de los 60, pero, lamentablemente, hay escenas que se hacen eternas, y las partes de Sharon Tate aportan muy poquito a la historia general.
8. Death Proof
Death Proof es un film extraño en la carrera de Tarantino. Es la segunda parte de Grindhouse, el proyecto doble que Tarantino realizó junto a su gran amigo Robert Rodríguez (quien dirigió la primera parte de este: Planet Terror) en homenaje a las películas de miedo y serie B que ambos habían crecido amando, las cuales veían en sesiones dobles en los cines de sus barrios. Y de esa manera es como están concebidas estas dos cintas para ser disfrutadas.
Ambientada en los primeros años de la década de 1970, la película sigue al "Especialista" Mike McKay, un veterano doble de Hollywood que asesina a mujeres jóvenes con coches tuneados, los cuales dice que son "a prueba de muerte". Como espectadores, acompañamos a Mike en dos de sus misiones y lo vemos trabajar.
"Death Proof" es una pequeña joya con suspense, persecuciones, grandes diálogos y un reconfortante empoderamiento femenino. Hay a quien se le puede hacer algo lenta, pero la única razón por la que no está más arriba en esta lista es que el concepto mismo del film es de perfil bajo, nunca quiso ser una obra maestra, ni siquiera una gran película. Y aun así, a pesar de lo cutre que pretende ser, tiene una factura y un estilo por los que muchos directores matarían.
7. Jackie Brown
En cierto sentido, Jackie Brown es también una anomalía en la carrera de Tarantino, ya que es la única vez que ha adaptado algo para la pantalla, en este caso, la novela Rum Punch de Elmore Leonard. Pero en todos los demás aspectos, es una película clásica de Tarantino, con su estilo característico, una gran banda sonora y un reparto de traidores y asesinos.
Pam Grier, Samuel L. Jackson, Robert Forster, Bridget Fonda, Michael Keaton y Robert De Niro protagonizan esta cinta, que sigue a la Jackie del título, interpretada por Grier, una azafata con un pasado criminal que es detenida por un agente del FBI por contrabando de drogas. Para no ir a la cárcel, acepta convertirse en informante contra el traficante de drogas para el que trabaja, una decisión que conlleva una serie de consecuencias.
Una película que, en su día, fue recibida entre el gran público con rechazo, pues las masas querían de nuevo algo en la línea de Pulp Fiction o Reservoir Dogs, y Quentin nos sorprendió con un argumento más adulto, menos desbocado (aunque tiene sus momentos) y con un profundo desarrollo de personajes. El tiempo nos hizo verla con otros ojos y darle el valor que siempre tuvo.
6. Los Odiosos Ocho
Los Odiosos Ocho fue una de las más grandes fanfarronadas de Tarantino, y una que salió especialmente bien. Después de que se filtrara en internet el guion del western que estaba a punto de empezar a rodar, Quentin decidió reescribir por completo la historia, totalmente desde cero. Quizás la trama no sea la más original que has visto, pero el proyecto es sobresaliente en muchos frentes: tiene una fotografía maravillosa, unas interpretaciones geniales y unos diálogos de primera. Además, es una masterclass de dirección de actores y cuenta con una banda sonora compuesta por Ennio Morricone.
Es la aventura de un cazarrecompensas y su prisionera que buscan refugio de una ventisca en una parada de diligencias en la que ya se encuentran seis sospechosos desconocidos. Lo que sucede en esa cabaña podría ser una novela de Agatha Christie en el oeste, que te hará morderte las uñas de tensión e intriga.
Un detalle sorprendente de la película es el realismo con el que se producen los encuentros con desconocidos en medio de la nada en el salvaje y helado oeste. Sin agentes de la ley, ni testigos, ni ayuda de ningún tipo en millas a la redonda, los viajeros debían proceder con las máximas precauciones antes de dejar que cualquiera se acercara. Es algo que no se suele representar de forma tan creíble en casi ningún western, y prueba que Tarantino puede reinventar cualquier género que se proponga.
¿Más razones para verla? Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh y Walton Goggins, además de los habituales, Samuel L. Jackson, Tim Roth y Michael Madsen.
5. Malditos bastardos
Tras desconcertar a todo el mundo con Death Proof, Tarantino volvió a rugir en el 2009 con Malditos bastardos, una gloriosa aventura ambientada en plena Segunda Guerra Mundial.
Esta película, que supone la primera colaboración de Tarantino con Brad Pitt y Christoph Waltz, sigue dos complots para asesinar a los dirigentes de la Alemania nazi, uno de ellos a cargo de un grupo de soldados judíos estadounidenses, y el otro, un plan de venganza de la propietaria de un cine francés.
El film es muy atractivo, pero se eleva gracias a las brillantes interpretaciones de Waltz como Hans Landa (papel que le valió su primer Oscar con Tarantino), Brad Pitt como el excéntrico Coronel Aldo Raine, y Mélanie Laurent dando vida a la férrea Shosanna Dreyfus.
Tenemos que hacer hincapié a los espectadores españoles, acostumbrados a ver las versiones en castellano de casi todas las películas extranjeras (gracias a nuestros excelentes actores de doblaje), en que una de las cosas que hacen única a esta cinta es que, en versión original, es una deliciosa torre de Babel donde se aprovecha el marco geográfico e histórico para que los personajes hablen francés, italiano, alemán e inglés, y este último no más de en un 40% de los diálogos. A eso podemos añadir que los acentos en los que se habla cada uno de esos idiomas son cruciales para entender ciertas escenas, y ver a Michael Fassbender, Waltz y otros alardeando de tamaña habilidad lingüística es un lujo que sería una pena perderse, pues las voces en castellano con "asento fgansés", no hacen justicia.
A veces hilarante, a veces un drama cargado de tensión, y en todo momento una mezcla perfecta para hacer una aventura muy interesante y divertida.
4. Kill Bill - Volúmenes 1 & 2
Cuando Tarantino reveló que haría 10 películas y colgaría la claqueta, se debatió al instante si Kill Bill contaría como dos de ellas. Pero no, desde entonces ha confirmado que ve Kill Bill como una sola entrega, simplemente era demasiado larga para ser estrenada como una película en solitario.
Kill Bill, la fantasía de venganza definitiva con la que Quentin volvió a meterse al público en el bolsillo, sigue al personaje de Uma Thurman, a quien sólo conocemos como la Novia. Ella ha jurado vengarse de un equipo de asesinos y de su líder, Bill, después de que intenten matarla a ella y a su hijo no nato. Su sangriento viaje la lleva a los suburbios de Tokyo y a muchos otros lugares.
Tarantino, un fan de toda la vida de las pelis de artes marciales, ofrece aquí un par de filmes impresionantes, que contienen algunas de las secuencias de acción más increíbles y mejor coreografiadas jamás vistas en el cine. Se trata de una montaña rusa emocional y física, con un guion inteligente, giros que no se ven venir y una actuación brillante de Thurman. Se oyen rumores sobre Kill Bill 3 y vaya broche de oro sería para la carrera del director.
3. Django Desencadenado
En Django Desencadenado, la cinta de venganza de Tarantino del 2012, todo se eleva a un nivel superior en una trama ruidosa, descarada y muy entretenida.
Jamie Foxx interpreta a Django, un esclavo que inesperadamente se ve liberado después de que un cazarrecompensas alemán le ofrezca la oportunidad de trabajar con él. Una vez completada la misión, Django revela que quiere reunirse con su esposa perdida hace tiempo y ambos parten juntos en su busca.
La película es una oda de Tarantino a los spaghetti westerns y tiene el mismo aire caricaturesco en muchas de sus secuencias de acción. Por otro lado, tiene una historia atractiva y ligera, un diseño de producción que da gusto ver, y ofrece una visión muy interesante sobre el contexto histórico: el racismo, la esclavitud, las fortunas que se amasan con ella, el asesinato legal, y la forma de vida de la época son temas sobre los que cualquiera puede aprender algo en este filme.
En el reparto también tenemos a un Samuel L. Jackson para quitarse el sombrero, y a un Leonardo DiCaprio tan comprometido con su papel que sacó adelante la escena del cráneo sobre la mesa, a pesar de hacerse un corte real que sangraba bastante (quedó en la versión final, fíjate bien). ¡Ah! Y a Christoph Waltz ganando su segundo Oscar de la mano de Quentin. Casi nada.
En resumidas cuentas: es una cinta brillante, muy divertida y con una estructura excelente.
2. Reservoir Dogs
El debut de Tarantino sigue siendo tan brutal, impactante e inteligente como el día en que llegó a los cines.
Realizada con un mísero millón de dólares, es una película sobre un atraco sin el atraco. En su lugar, vemos a una banda de delincuentes reunida antes y después de un robo a una joyería que sale terriblemente mal.
Protagonizada por Harvey Keitel, Tim Roth y Michael Madsen (todos los cuales se convertirían en habituales del director), la ópera prima de Tarantino no se ha ganado la plata en esta lista sólo por lo que se ve en sus 99 minutos de duración, sino por todo lo que la envuelve y representa. Nos mostró lo que serían a partir de entonces las tarjetas de presentación de Tarantino: diálogos ágiles, lenguaje exageradamente malsonante, grandes bandas sonoras y una trama que ignoraba las convenciones de Hollywood, pero que de alguna manera resultaba igual de apasionante y convincente.
Para toda una generación de cineastas, cambió la forma de escribir guiones, de ordenar el tiempo en la historia, el tipo de personajes y la temática general de las películas. Un joven Quentin, que no llegaba a los 30 años, dio al mundo entero una lección de cine al mismo tiempo que rendía tributo y adaptaba recursos de las miles de pelis que había devorado durante su juventud: los planos y encuadres, los flashbacks, los efectos prácticos, la estética... También nos introdujo en el gusto de Tarantino por la violencia, con la secuencia de "Stuck in the middle with you" con el policía, que sigue siendo difícil de ver.
1. Pulp Fiction
Después de darse a conocer con Reservoir Dogs, una película que no sólo era inteligente e ingeniosa, sino también innovadora y con personalidad, hubo un verdadero debate sobre cómo podría Tarantino superarla. Con Pulp Fiction lo consiguió, y mucho más.
Contada de forma creativa en capítulos desordenados, la cinta sigue a diferentes criminales de Los Ángeles mientras sus vidas y planes se cruzan. Tenemos a Vincent Vega (el renacimiento de John Travolta) y a Jules Winnfield (Samuel L. Jackson en el papel de su vida), dos asesinos a sueldo sin pelos en la lengua, al boxeador Butch Coolidge (Bruce Willis), a Mia Wallace (Uma Thurman), recién casada con Marsellus Wallace (Ving Rhames), un peligroso señor del crimen, y a Pumpkin y Honey Bunny, (Tim Roth y Amanda Plummer), dos atracadores que están a punto de robar una cafetería.
Con una trama virtuosamente hilada, llena de diálogos para estudiar y sorprendentes secuencias de acción, Pulp Fiction es un auténtico clásico de Hollywood y una de las mejores películas de la historia. Revolucionó por completo la industria y creó escuela. Su banda sonora, sus bailes, su humor, su guion (con Oscar incluido), su estética y su estilo, diferentes a cualquier cosa vista en el medio hasta el momento, han calado en la cultura popular para siempre. Merece estar la primera en cualquier lista.
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Bonus: las mejores colaboraciones de Tarantino
Abierto hasta el amanecer y Four Rooms
De la larga lista de trabajos que Tarantino ha hecho fuera del rol de director (guionista, actor o productor en cintas como Hostel, Desperado, Little Nicky, Asesinos Natos, etc.) vamos a rescatar dos joyas del baúl de los recuerdos. Dos proyectos cinematográficos originales y diferentes que, sin estar a la altura de su filmografía oficial (o quizás en la onda de Death Proof) nadie debería perderse.
Abierto hasta el amanecer es una película dirigida por Robert Rodríguez, en la que Tarantino actúa como el violador psicópata Richard Gecko, además de escribir el guion. La cinta es otro genial tributo a la serie B que tanto Quentin como Robert disfrutaron de niños, y se divide en dos partes muy diferentes. La primera es una 'road movie' en la que dos peligrosos atracadores secuestran a varias personas para que les ayuden a burlar a la policía y cruzar la frontera. Es una hora de suspense, acción, polvo del desierto y sangre. Tras esa primera parte, cualquiera diría que empieza una película diferente, que es el ejemplo perfecto del terror de segunda clase de los 70s y los 80s: vampiros y demonios con un cuestionable maquillaje, fuerzas sobrenaturales, y un grupo de antihéroes que parecen sacados de un cómic.
Four Rooms es, en cierto modo, un experimento todavía más arriesgado. Se trata de una película formada por cuatro cortos sobre lo que le sucede en nochevieja al bueno de Ted el botones (Tim Roth) durante su turno de trabajo en un hotel para estrellas de Hollywood. Cada una de esas historias está dirigida por un director diferente, siendo la de Tarantino la última y más divertida, sin menospreciar a las otras tres, que van construyendo un desarrollo del personaje de Roth y un 'crescendo' que acaba siendo tan desternillante como inolvidable.
Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?
- Tom GoodwynFreelance Entertainment Writer