6 razones para comprar un videoportero (y 2 para no hacerlo)
¿Quién anda ahí?

Este artículo forma parte de la Semana del Hogar Inteligente 2025 de TechRadar. Desde iluminación e interruptores hasta robots aspiradores y termostatos inteligentes, estamos aquí para ayudarte a elegir los dispositivos adecuados para facilitarte la vida y sacarles el máximo partido.
Un videoportero podría ser el primer dispositivo de domótica que compres, pero también es uno de los más útiles. Si estás indeciso sobre si comprar uno o no, hemos recopilado una lista de todas las razones por las que debería dar el salto, algunas de las cuales puede que no hayas tenido en cuenta.
Sin embargo, los timbres con vídeo no son adecuados para todo el mundo, por lo que también hemos incluido un par de inconvenientes que es importante tener en cuenta.
Razones para instalar un videoportero
1. Pasa de los visitantes no deseados
Un videoportero puede ayudarte a dar una cálida bienvenida a los invitados, pero también a dar esquinazo a las llamadas no deseadas. La cámara gran angular de un timbre con vídeo te permite ver perfectamente quién llama, y muchos modelos ofrecen mensajes pregrabados para que puedas pedirles que se vayan con solo pulsar un botón en la aplicación.
Un timbre lanzado recientemente, el IMOU Doorbell 2S, tiene un cambiador de voz para que puedas hablar con las personas no deseadas mientras proteges tu identidad, y la empresa de seguridad Swann ha desarrollado un asistente de inteligencia artificial que genera respuestas sobre la marcha cuando alguien llama. Incluso puedes elegir el comportamiento de tu timbre, con opciones como educado, desinteresado y agresivo.
2. Dar instrucciones a los repartidores
¿Cuántas veces ha llegado a casa y se ha encontrado un paquete en la puerta a plena luz del día? Si, como yo, la respuesta es «bastantes», un timbre con vídeo podría ayudarte. En lugar de que el repartidor llame al timbre y se encuentre con que no hay nadie en casa, puedes utilizar la aplicación de tu timbre para hablar directamente con él cuando no estés en casa y pedirle que deje el paquete con un vecino de confianza o en un lugar espacial.
Algunos timbres pueden dar respuestas automáticas de voz que indican a los mensajeros dónde dejar las entregas, lo que resulta muy útil si vas a estar en el trabajo y no puedes usar el teléfono.
3. Supervisar las propiedades de alquiler
Si eres propietario de una vivienda de alquiler, tener un videoportero puede ser una buena forma de comunicarte con los inquilinos, así como con los limpiadores u otros trabajadores que tengan que entrar y salir. También ayudará a mejorar la seguridad. La mayoría de las aplicaciones le permitirán añadir varios timbres de vídeo a la misma interfaz para facilitar la supervisión de varias propiedades a la vez.
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Sin embargo, recuerda que si alquilas propiedades a través de empresas como Airbnb debes informar del uso de cámaras de seguridad externas, incluidos los timbres de vídeo, en los anuncios de la vivienda.
4. Comprueba cómo está la familia
Si instalar una cámara de seguridad le parece un poco intrusivo, un timbre con vídeo es un dispositivo ideal para seguir los movimientos de la familia y los invitados de una forma más sutil. Por ejemplo, gracias a sus sensores de movimiento, pueden captar imágenes de los niños saliendo de casa para ir al colegio o del paseador de perros volviendo por la tarde.
Muchos timbres tienen detección de personas, por lo que puede recibir una alerta en su teléfono cuando alguien se acerca a la puerta aunque no toque el timbre. Sin embargo, esta función suele estar disponible sólo para abonados, así que prepárate para pagar una pequeña cuota mensual si la necesitas.
5. Pruebas del delito
Si por casualidad pillas a un ladrón del porche o, peor aún, a alguien entrando en tu propiedad, las imágenes de vídeo pueden ser de gran valor para ayudar a la policía a atrapar al sospechoso. Incluso si el ladrón consigue robar el timbre de vídeo (lo que no es fácil, ya que la mayoría de los dispositivos vienen con un pin de seguridad especial), es probable que las imágenes se almacenen en la nube o en un concentrador dentro de su casa, por lo que aún se pueden recuperar.
Ten en cuenta que, si se ha cometido un delito, es importante no compartir las imágenes en las redes sociales, ya que esto podría perjudicar un juicio si el incidente llega a los tribunales.
La presencia de un timbre con vídeo puede ser incluso suficiente para disuadir a los posibles delincuentes, ya que saben que están siendo vigilados, y algunos de los timbres más recientes pueden utilizar la IA para detectar si una persona permanece fuera de su casa durante un tiempo inusualmente largo.
6. Recibe a los invitados
Por último, pero no por ello menos importante, está el objetivo principal de cualquier videoportero: permitirle ver quién llama y saludarle amablemente.
Puedes hacerlo mediante una aplicación móvil, pero si no llevas el teléfono encima, muchos de los últimos dispositivos vienen con un timbre que puedes conectar al pasillo y que suena cuando alguien llama a la puerta (aunque suele ser un extra opcional). Muchos timbres con vídeo también son compatibles con altavoces inteligentes, por lo que puedes tener audio bidireccional aunque no haya imagen.
Razones para no comprar un videoportero
1. Precios altos
Los mejores timbres con vídeo varían enormemente de precio: algunos modelos cuestan casi el doble que otros. Por lo general, si optas por un timbre más barato, tendrás que pagar una cuota de suscripción mensual por algunas de sus funciones más avanzadas. Además, es poco probable que los timbres con vídeo más baratos te permitan almacenar imágenes de vídeo en casa, por lo que sólo podrás ver la acción en directo en tu teléfono, o pagar para almacenarlas en la nube.
2. Retraso de audio y vídeo
Cuando un timbre con vídeo funciona bien, deberías poder oír y hablar con las personas que llaman en tiempo real, sin retardo por ninguna de las partes. Pero, por desgracia, no siempre es así, y a veces puede haber un retraso significativo en un lado de la conversación, haciendo la comunicación torpe e incómoda.
Editor en TechRadar España de día, guitarrista de blues y friki de los cómics de noche. ¿O era al revés?