Los retoques que Microsoft está haciendo en su Bing con ChatGPT están haciendo más mal que bien

Un dibujo del monstruo de Frankenstein bajo el reflejo de la Luna
(Crédito de imagen: HelloSSTK / Shutterstock)

Parece que añadir el chatbot de inteligencia artificial ChatGPT a su motor de búsqueda Bing fue tanto un golpe maestro como un pequeño desastre para Microsoft, y en su prisa por arreglar las cosas, ¿podría acabar empeorándolas?

En un arco argumental que habría hecho que Mary Shelley, autora de Frankenstein o el moderno Prometeo, llamara a sus abogados para hablar de infracción de derechos de autor, Microsoft llamó la atención de todo el mundo al presentar un Bing actualizado que tiene un nuevo cerebro impulsado por ChatGPT. Este permite a los usuarios hacer preguntas más complejas, y Bing responde de forma similar a la humana, basándose en los enormes modelos lingüísticos de ChatGPT, así como en la información de Internet.

El potencial era enorme y por fin la gente hablaba de Bing, después de años en los que, básicamente, a nadie le importaba el buscador. Sin embargo, una vez que la gente empezó a utilizar el nuevo Bing, surgieron algunas peculiaridades bastante extrañas y preocupantes: Bing daba respuestas incorrectas a las preguntas, o respuestas preocupantes que sugerían algún tipo de crisis existencial e incluso se ponía agresivo con los usuarios.

De repente, toda esa exposición positiva empezó a volverse un poco amarga, lo que llevó a Microsoft a aplicar rápidamente un bisturí a Bing y practicarle una lobotomía. Se prohibieron algunos temas y se redujo el número de respuestas que podía dar, en un intento de evitar que a Bing se le fuera la pinza en ciertas conversaciones.

El problema es que, al eliminar las rarezas, Microsoft ha hecho que Bing vuelva a ser aburrido.

Daño autoinfligido

Después de que Microsoft redujera drásticamente la inteligencia artificial del nuevo Bing, la gente se quejó en Internet. Parecía que Bing intentaba evitar hablar de temas polémicos y daba por terminada una conversación después de cinco respuestas.

Microsoft fue demasiado estricto a la hora de limitar a Bing, y parece que ahora la empresa está intentando revertir algunos de esos cambios. Tal y como informa CNET, en una nueva entrada del blog de Microsoft se reconoce que "desde que pusimos los límites al chat, hemos recibido comentarios de muchos de vosotros deseando que los chats vuelvan a ser más largos, para que podáis buscar con más eficacia e interactuar mejor con la función de chat".

La empresa está estudiando la forma de recuperar los chats más largos "de forma responsable", y está aumentando el número de respuestas a seis. Los usuarios también pueden ahora realizar un total de 60 chats al día con Bing, lo que supone un aumento respecto a los 50 que se impusieron la semana pasada. Según Microsoft, "nuestros datos muestran que para la gran mayoría de ustedes, esto permitirá su uso diario natural de Bing" y que, con el tiempo, esto aumentará a 100 chats al día.

Sin embargo, todos estos cambios, y las idas y venidas, no le sientan nada bien a Microsoft. Se suponía que la inclusión de ChatGPT iba a ser un gran relanzamiento para el poco popular motor de búsqueda Bing, que no ha logrado desafiar el dominio de Google ni de lejos, y justo después de la presentación, parecía que por fin había llegado el momento de Bing. Sin embargo, los fallos iniciales no sólo fueron embarazosos para Microsoft, sino que pusieron de manifiesto los peligros de mostrar una nueva tecnología demasiado pronto.

Al fin y al cabo, la primera impresión es la que cuenta, y para muchas personas era la primera vez que utilizaban Bing o ChatGPT, por lo que si la experiencia era mala, era poco probable que volvieran a intentarlo.

Luego, con la eliminación de funciones por parte de Microsoft, la posterior reincorporación de algunas y los drásticos recortes en las capacidades de Bing, hacen que nadie esté realmente seguro de qué es Bing en este momento. Da la sensación de que Microsoft no comprendió del todo lo que estaba creando, y que esa creación cobró vida propia y se convirtió en un monstruo. En su prisa por volver a tenerlo bajo control, la compañía podría haber matado inadvertidamente a su creación en el proceso.

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Anastasia Lazaridis
Editora

Soy ingeniera informática y editora del equipo de TechRadar España. Me gusta todo tipo de tecnología, pero los ordenadores son mis dispositivos preferidos. Además de escribir sobre ellos me encanta arreglarlos, al fin y al cabo, pueden llegar a estar tan locos como yo.

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