- El aumento en los volúmenes de arrendamientos que regresan alcanzará su punto máximo en 2026
- El mercado podría verse inundado de vehículos eléctricos usados
y baratos, según un nuevo informe - La incertidumbre sobre los créditos fiscales podría alterar el equilibrio entre oferta y demanda
Según un estudio reciente de JD Power, que forma parte del Informe de Inteligencia E-Vision 2024, habrá un aumento del 230% en los volúmenes de alquiler de vehículos eléctricos en 2026, lo que podría abrir las compuertas a una franja de vehículos eléctricos baratos y de segunda mano.
Continúa afirmando que casi 280.000 contratos de alquiler de vehículos eléctricos finalizarán en los próximos dos años en los Estados Unidos, pero gracias a la caída de los precios de los modelos de vehículos eléctricos recientemente introducidos (o los que están a punto de lanzarse) significa que para muchos tendrá más sentido financiero simplemente alquilar un coche nuevo en lugar de comprar su vehículo de alquiler actual.
Según JD Power, al arrendatario promedio que regresa al segmento de SUV compactos eléctricos les costaría $477 por mes rescindir el contrato de arrendamiento, mientras que el pago promedio del arrendamiento de un vehículo eléctrico nuevo en la misma categoría sería de solo $457 por mes.
Esto se basa en el hecho de que el precio de compra promedio de la mayoría de los SUV compactos eléctricos es más alto que el umbral de $25,000 que calificaría para el crédito fiscal para vehículos eléctricos usados.
Si bien esto es potencialmente una buena noticia para aquellos que buscan cambiar a un vehículo eléctrico, ya que habrá mucho stock de autos usados asequibles en dos años, también presenta numerosas complicaciones para el mercado de autos usados en su conjunto.
JD Power dice que la incertidumbre sobre si el incentivo fiscal federal para vehículos eléctricos continuará y cuánto durarán los altos incentivos para los fabricantes, la preocupación sobre la salud de las baterías a largo plazo y la escasez de vehículos usados a gasolina complicarán el equilibrio tradicional de la oferta y la demanda.
Análisis: La depreciación desastrosa no ayuda
Hasta ahora, las ventas de vehículos eléctricos se han orientado hacia el segmento premium, dirigido a los usuarios con poder adquisitivo. Durante años, se les ha considerado demasiado caros y fuera del alcance de muchos compradores comunes.
Aunque eso ahora está cambiando, con una gran cantidad de modelos más asequibles llegando tanto a Estados Unidos (por supuesto también a México) como a Europa, sin embargo, en EUA y Europa ya se está presentando un problema para el mercado de autos usados.
En pocas palabras, la depreciación de algunos vehículos eléctricos premium ha sido enorme: modelos como el Porsche Taycan, que cuesta $130,000 dólares, han bajado su precio a tan solo $35,000 dólares para ejemplares de tres años de antigüedad en algunos mercados.
Una investigación realizada por Wired a principios de este año descubrió que algunos vehículos eléctricos premium, incluidos el Mercedes-Benz EQE, el Audi e-tron GT y el Polestar 2, podrían perder hasta la mitad de su valor en el primer año de propiedad.
Las razones de esta preocupante tendencia son numerosas, desde la persistente ansiedad por la autonomía entre los compradores hasta el hecho de que la tecnología de las baterías está avanzando a tal ritmo que los modelos más antiguos se actualizan o reemplazan a un ritmo mucho más rápido que sus contrapartes con motor de combustión interna.
En lugar de un facelift de mitad de vida, como era habitual con los coches ICE (combustión interna) más antiguos, los vehículos eléctricos actuales están reemplazando y mejorando sus paquetes de baterías, ofreciendo una autonomía mucho mayor y un rendimiento mejorado.
Esto podría disuadir a los compradores privados de nuevos vehículos eléctricos, preocupados de que su último vehículo valga una fracción del precio que pagaron por él dentro de un par de años.
El mundo de los vehículos eléctricos usados va a crear un mercado de compradores en los próximos años, lo que es una gran noticia para aquellos que están esperando para hacer el cambio, pero no es particularmente positiva para los fabricantes de automóviles en dificultades, como Ford y Volkswagen, que necesitan desesperadamente vender autos nuevos para mantenerse a flote.
