Final Fantasy 16 revitaliza la saga sin perder su esencia original

Young clive and his steed
(Crédito de imagen: Square Enix)

No estaba preparada para encontrar al protagonista de Final Fantasy 16 tan intrigante. Según los materiales promocionales, esperaba un personaje apagado e innecesariamente melancólico, sin carisma alguno. Sin embargo, después de jugar cinco horas de una versión preliminar del juego, puedo asegurar que Clive Rosfield va más allá de ser un simple estereotipo.

La fascinación política y el impresionante espectáculo visual de Final Fantasy 16 se vuelven aún más cautivadores al experimentarlos a través de la perspectiva de este personaje sorprendentemente cercano. El melodrama de las épicas batallas contra los monstruosos Eikons, junto con la intriga que rodea el conflicto político entre las naciones rivales del juego, adquieren vida gracias al enfoque en Clive como punto central de la narrativa.

Las primeras etapas del juego se presentan como una especie de declaración de principios, una promesa al jugador de mantener la esencia de la serie Final Fantasy. La franquicia siempre ha destacado cuando sus conflictos épicos y tramas de alto concepto se entrelazan con un drama interpersonal significativo; un equilibrio que Final Fantasy 16 logra de manera hábil y efectiva.

Clive and Ifrit face off

(Image credit: Square Enix)

Aunque presenta mecánicas de combate modernas y un aspecto visual de última generación, Final Fantasy 16 se mantiene fiel a la herencia de sus predecesores desde el inicio, incorporando de manera sutil (y a veces más evidente) elementos que evocan una sensación de familiaridad y comodidad para los seguidores de la saga.

El inicio del juego evoca la icónica misión de bombardeo de Final Fantasy 7, que fue fielmente recreada en Final Fantasy 7 Remake. En esta ocasión, Clive y su equipo se aventuran detrás de las líneas enemigas en una arriesgada misión. Además, la ambientación y la intriga política del juego traen a la mente la atmósfera de Final Fantasy Tactics, añadiendo una sensación de audacia y realismo que podría compararse con los momentos más destacados de Juego de Tronos o Attack on Titan.

Las invocaciones, una característica presente en todos los juegos principales de Final Fantasy, desempeñan un papel destacado en Final Fantasy 16. La trama se centra en individuos excepcionales capaces de canalizar el poder de estos poderosos seres conocidos como Eikons en el universo de Final Fantasy 16. Estos selectos individuos a menudo se enfrentan en emocionantes batallas que, aunque con una jugabilidad más ligera, ofrecen un espectáculo cinematográfico digno de las impactantes escenas de invocaciones presentes en títulos anteriores de la serie.

¡Que comiencen las batallas!

Jill readies for battle

(Image credit: Square Enix)

Sin embargo, Final Fantasy 16 también se atreve a trazar su propio rumbo, dispuesto a romper las convenciones establecidas cuando es necesario. Esto se refleja especialmente en el sistema de combate del juego, que ofrece una experiencia frenética en tiempo real que evoca los estilos vistos en Final Fantasy 7 Remake y Final Fantasy 15. El innovador sistema de combate ha sido diseñado por Ryota Suzuki, reconocido por su destacado trabajo en Devil May Cry 5.

Aunque tuve la oportunidad de jugar una versión especial previa al lanzamiento de Final Fantasy 16, que puede diferir del producto final, pude experimentar ampliamente el sistema de combate del juego. Siendo un amante de los combates tradicionales por turnos, al principio tenía cierto escepticismo y preocupación de que las nuevas mecánicas pudieran comprometer la experiencia general.

Afortunadamente, ahora puedo confirmar que mis preocupaciones eran infundadas. En Final Fantasy 16, aunque solo tienes control sobre el protagonista Clive, él es capaz de alternar entre diferentes conjuntos de habilidades al canalizar diferentes Eikons durante los combates.

Durante una demostración especial de combate, tuve la oportunidad de experimentar las técnicas que proporcionan a Clive tres Eikons diferentes: Fénix, Garuda y Titán. Fénix ofrecía ataques de fuego con énfasis en la movilidad, mientras que Garuda permitía movimientos basados en el viento, facilitando ataques aéreos y combos devastadores. Sin embargo, lo más interesante era la presencia de Titán, asociado a la tierra, que le otorgaba a Clive la capacidad de bloqueo poderoso y ataques de viento devastadores.

Clive and Joshua speak during an inferno

(Image credit: Square Enix)

Los diferentes conjuntos de movimientos son muy personalizables y permiten mezclarlos y combinarlos de forma creativa. Aunque, sin duda, es un animal muy diferente a los juegos por turnos más tradicionales de Square Enix, los conjuntos de movimientos de Clive, así como la capacidad del jugador para cambiar rápidamente entre ellos, ofrecen una versatilidad y complejidad genuinas.

Los juegos destacados de la serie Final Fantasy presentan batallas que, en esencia, son como rompecabezas que deben resolverse mediante el uso estratégico de las habilidades únicas de tus personajes. Aunque Final Fantasy 16 adopta un enfoque en tiempo real y orientado a la acción, mantiene este elemento de rompecabezas al tiempo que ofrece un sistema de combate más dinámico en comparación con entregas anteriores.

Después de pasar cinco horas jugando, puedo confirmar que Square Enix ha logrado con éxito llevar su franquicia al género de los RPG de acción. Es evidente que los veteranos de este tipo de juegos se han arriesgado al apartarse de la ortodoxia de Final Fantasy. Sin embargo, después de experimentar este juego, considero que el riesgo ha sido recompensado.

Alexa Hernandez
Editor

Alexa Hernandez es amante de los animales, series, películas y tecnología. 

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