Hace 24 años, Steve Jobs reinventó la tecnología

Steve Jobs desvela el iMac en 1998
(Crédito de imagen: Getty Images)

La tecnología es sexy, o al menos puede serlo, y es en gran parte gracias a Steve Jobs y el iMac. Esta semana se cumplen 24 años de su lanzamiento.

Las opciones tecnológicas para la casa y la oficina en 1998 eran sosas, muy sosas. Ese trasto blanco llamado PC dominaba el panorama de la tecnología del hogar. Eran, invariablemente, cajas blancas o beis, con un montón de ranuras y una parrilla para mover el aire a través de las gigantes placas bases y un monitor enorme encima de ellas. Construir el teclado y el ratón suponían un esfuerzo para poder hacer un trabajo bien hecho.

El inusual diseño del iMac vino de la extrema necesidad, no solo para agitar un poco el mercado de lo que parecían lavavajillas, sino para salvar a Apple de la quiebra.

Steve Jobs volvió a Apple más o menos un año antes de desvelar el primer iMac. El plan, como explicaba Walter Isaacson en la biografía de Steve Jobs, estaba construido 'en un producto todo en uno con un teclado y un monitor, y era un ordenador preparado para usarse al momento de sacarlo de la caja. Debía tener un diseño llamativo que fuera el estandarte de la compañía'.

Con ese diseño curvo sin esquinas en punta, con una parte trasera de colores traslúcidos, altavoces estéreo, un teclado pequeño y un ratón perfectamente redondeado, el iMac cumplía con todo eso y mucho más.

A pesar de que casi ninguna marca de entre todo el abanico de ordenadores Windows en 1998 destacaba, no había duda de que el iMac era un producto de Apple.

Ordenador clásico de 1998

Esta era la altura de un ordenador en 1998 antes del iMac. (Image credit: Getty Images)

El iMac no solo era un producto distinto, sino una declaración de intenciones. Apple tenía que volver a hacerlo, como lo hizo 15 años antes. Su eslogan, 'Think Different', marcó un antes y un después en la industria, era especial. 

Por elogiar a Apple y a Steve Jobs, el primer iMac no era simplemente bonito, sino que Apple también asumió riesgos en sus componentes. Tenía un procesador PowerPC (desarrollado junto a IBM y Motorola), pero no tenía disquetera. En esa época, todos los ordenadores tenían una, incluso muchos portátiles. Apple se deshizo de él e introdujo una ranura CD-ROM. El iMac añadió el puerto USB, que en aquellos tiempos era todavía relativamente nuevo para su público y no se había introducido antes en un Mac.

Apple también mejoró la conectividad, presentando el módem 56K V.90, una opción a la que los ISPs más modernos no podían conectarse todavía. En un guiño al Macintosh original, el iMac tenía incluso un asa con la que podías llevarte un ordenador de ese peso a cualquier parte.

Jobs quería que el nuevo iMac (que llegó en cinco colores distintos) fuera para todos. pero las ventas cambiaron y acabaron llenando todas las oficinas en 1999. De hecho, un equipo de diseño para el que trabajó un redactor de TechRadar le pidió que solo compraran iMacs.

El iMac convirtió a una generación de usuarios de tecnología de formas que no se habían visto nunca. Dio rienda suelta a nuestra imaginación y nos mostró de lo que era capaz de hacernos sentir la tecnología. La mayoría de competidores tardaron bastante en captar el mensaje, pero no fue el caso de Apple.

En los años siguientes, Apple daría la bienvenida a icónicos productos, uno detrás de otro. En el iBook, iPod, iPhone y iPad vemos la inspiración del iMac. No todos los productos se parecían a él. De hecho, el siguiente iMac, que tenía una pantalla LCD, no se parecía en nada al primer diseño, pero el ADN estaba ahí, claramente.

1998: el director de marketing de Apple en Hong Kong, Tony Li con el iMac (Foto de Mark Ralston, Getty Images)

1998: el director de marketing de Apple en Hong Kong, Tony Li con el iMac (Foto de Mark Ralston, Getty Images) (Image credit: Getty Images)

Apple demostró que la forma del ordenador no evitaba ni descartaba totalmente la funcionalidad. Actualmente, los diseños de Apple están marcados por la simplicidad y la belleza. Mientras que el iMac original podría haber sido tachado de 'sobrediseñado', ahora se dice que el Mac Studio casi no tiene diseño.

Pero ni una cosa ni la otra. A mi modo de ver, todos los productos de Apple siguen estando diseñados para provocar algo en las personas, como cuando ves un coche de lujo conduciendo por la carretera. No puedes tocarlo en la autovía (sería bastante peligroso), pero lo has visto, te acuerdas de él y tienes una opinión.

Sin el iMac original, nuestros portátiles seguirían siendo extensiones cuadradas y feas, como sus compañeros de escritorio.

Cada parte de la tecnología que tocamos está construida bajo la sombra del primer diseño de la electrónica de consumo que rompió todos los moldes desde el Mac original. Pocos parecieron aprender de ese producto de 1984, pero la industria entendió el mensaje en 1998 y, afortunadamente, nada ha sido igual desde entonces.

Carlos Pedrós

Avgeek.
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