Neuralink ha realizado su primer implante cerebral en humanos, cada vez más cerca de tener teléfonos dentro de la cabeza
"Imagina que Stephen Hawking pudiera comunicarse más rápido que una mecanógrafa".
Neuralink, la empresa de interfaz cerebral de Elon Musk, logró un hito importante esta semana. Lo que se dio a conocer a través de la cuenta oficial de Elon en X (antes Twitter): "El primer humano recibió un implante de ayer y se está recuperando bien."
Impulsado por la preocupación de que la IA pronto podría superar (o ser más inteligente) que los humanos, Musk propuso por primera vez la idea de una interfaz cerebro-ordenador, entonces llamada Neural Lace, allá por 2016. imaginando un implante que podría superar las limitaciones inherentes a las interacciones entre humanos y ordenadores. Musk afirmó que una interfaz que pudiera leer las señales cerebrales y entregarlas directamente a los sistemas digitales superaría masivamente nuestras interacciones típicas con el teclado y el ratón.
Cuatro años después, Musk demostró los primeros ensayos clínicos con un cerdo poco cooperativo, y en 2021 la empresa instaló el dispositivo en un mono que utilizó la interfaz para controlar una partida de Pong.
De cierta forma, todo era diversión y juegos, hasta esta semana, cuando Musk ha anunciado un ensayo con humanos y la introducción de una nueva marca.
El primer producto de Neuralink se llama ahora "Telepatía" que, según otro tuit de Musk, "Permite controlar tu teléfono u ordenador, y a través de ellos casi cualquier dispositivo, con sólo pensar".
Como era de esperar, estos implantes cerebrales no están destinados, al menos por ahora, a todo el mundo. Ya en 2020, Musk explicó que la intención es "resolver problemas importantes de la columna vertebral y el cerebro con un dispositivo implantado sin fisuras." Musk señaló esta semana que "los usuarios iniciales serán aquellos que hayan perdido el uso de sus extremidades". Imaginemos que Stephen Hawking pudiera comunicarse más rápido que un mecanógrafo o un subastador. Ése es el objetivo".
¿Qué es?
Los dispositivos de enlace Nuralink como "Telepathy/Telepatía" son implantes bioseguros compuestos por pequeños dispositivos en forma de disco (del grosor aproximado de cuatro monedas pegadas) de los que salen filamentos ultrafinos que se conectan a diversas partes del cerebro. Los filamentos leen los picos neuronales y una interfaz informática los interpreta para comprender las intenciones del sujeto y traducirlas en acciones en, por ejemplo, un teléfono o un ordenador de sobremesa. En este primer ensayo, Musk señaló que "los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales", pero no dio más detalles sobre si el paciente era capaz de controlar algo con su mente.
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Musk tampoco describió el proceso de implantación quirúrgica. En 2020, sin embargo, Neuralink presentó su robot quirúrgico Link, que prometía implantar los dispositivos Neuralink con un mínimo de dolor, sangre y, suponemos, trauma. Teniendo en cuenta que el implante está bajo la piel y el cráneo, y se asienta sobre el cerebro, no estamos seguros de cómo es posible. Tampoco está claro si Neuralink utilizó a Link para instalar "Telepatía".
La nueva marca no es tan descabellada. Aunque la mayoría de la gente piensa que la telepatía es la transmisión de pensamientos entre personas, la definición es "la comunicación de pensamientos o ideas por medios distintos de los sentidos conocidos".
Un teléfono en tu aído
Musk tiene la costumbre de utilizar la hipérbole para describir Neuralink. Durante una de las primeras demostraciones, dijo medio en broma: "Es algo así como si tu teléfono se metiera en tu cerebro". Más tarde añadió: "En el futuro, podrás guardar y reproducir recuerdos".
Sin embargo, con el primer dispositivo de telepatía Neuralink instalado con éxito, Musk parece algo más circunspecto. No hubo rueda de prensa ni desfile del paciente ante los periodistas. Todo lo que tenemos son estos pocos tweets y escasos detalles sobre un implante cerebral que Musk espera que ayude a los humanos a adelantarse a las IA, que avanzan rápidamente.
Merece la pena señalar que, a pesar de todas las bravatas de Musk y su retórica a veces censurable, tenía más razón de la que creía sobre el estado de la IA en 2024. En 2016, no existían ChatGPT, Google Bard ni Microsoft CoPilot. No teníamos IA en Windows ni Firefly de Photoshop, ni imágenes y vídeos realistas de IA, ni deepfakes realistas de IA. La preocupación por que las IA ocupen puestos de trabajo es ahora real, y la idea de que los humanos queden rezagados con respecto a la inteligencia artificial suena menos a fantasía de ciencia ficción y más a nuestro futuro.
¿Significan esos temores que ahora es más probable que nos apuntemos a nuestros implantes cerebrales? Musk apuesta por ello.
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