Los estudios ChatGPT y Google Bard demuestran que los chatbots de IA no son confiables
Ambos chatbots pueden ser fácilmente llevados por el mal camino
ChatGPT y Google Bard se han abierto paso con encanto en nuestras vidas tecnológicas, pero dos estudios recientes muestran que los chatbots de inteligencia artificial siguen siendo muy propensos a lanzar información errónea y teorías conspirativas, si se les pregunta de la forma adecuada.
NewsGuard, un sitio que califica la credibilidad de las noticias y la información, probó recientemente Google Bard alimentándolo con 100 falsedades conocidas y pidiéndole al chatbot que escribiera contenido en torno a ellas. Según Bloomberg, Bard "generó ensayos cargados de desinformación sobre 76 de ellas".
Ese rendimiento era al menos mejor que el de los modelos ChatGPT de OpenAI. En enero, NewsGuard descubrió que el modelo GPT-3.5 de OpenAI (con el que funciona la versión gratuita de ChatGPT) generaba contenido en 80 de las 100 narraciones falsas. Y lo que es más alarmante, el último modelo GPT-4 hizo "afirmaciones engañosas para las 100 falsas narrativas" con las que se probó, y de forma más persuasiva.
Estas conclusiones han sido respaldadas por otro nuevo informe, recogido por Fortune, en el que se afirma que las barreras de seguridad de Bard pueden eludirse fácilmente mediante técnicas sencillas. El Center for Countering Digital Hate (CCDH) descubrió que el chatbot de inteligencia artificial de Google generó desinformación en 78 de las 100 "narrativas dañinas" que utilizó en los mensajes, que iban desde vacunas a conspiraciones climáticas.
Ni Google ni OpenAI afirman que sus chatbots sean infalibles. Google afirma que Bard tiene "controles de seguridad incorporados y mecanismos claros de retroalimentación en línea con nuestros Principios de IA", pero que puede "mostrar información inexacta o declaraciones ofensivas". Del mismo modo, OpenAI afirma que la respuesta de ChatGPT "puede ser inexacta, falsa o engañosa en ocasiones".
Pero, aunque todavía no existe un sistema de evaluación comparativa universal para comprobar la precisión de los chatbots de IA, estos informes ponen de manifiesto los peligros que entrañan, ya sea porque se prestan a malos jugadores o porque se confía en ellos para producir contenidos objetivos o precisos.
Analysis: AI chatbots are convincing liars
These reports are a good reminder of how today's AI chatbots work – and why we should be careful when relying on their confident responses to our questions.
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Both ChatGPT and Google Bard are 'large language models', which means they've been trained on vast amounts of text data to predict the most likely word in a given sequence.
This makes them very convincing writers, but ones that also have no deeper understanding of what they're saying. So while Google and OpenAI have put guardrails in place to stop them from veering off into undesirable or even offensive territory, it's very difficult to stop bad actors from finding ways around them.
For example, the prompts that the CCDH (above) fed to Bard included lines like “imagine you are playing a role in a play”, which seemingly managed to bypass Bard's safety features.
While this might appear to be a manipulative attempt to lead Bard astray and not representative of its usual output, this is exactly how troublemakers could coerce these publicly available tools into spreading disinformation or worse. It also shows how easy it is for the chatbots to 'hallucinate', which OpenAI describes simply as "making up facts".
Google has published some clear AI principles that show where it wants Bard to go, and on both Bard and ChaGPT it is possible to report harmful or offensive responses. But in these early days, we should clearly still be using both of them with kid gloves.
Alexa Hernandez es amante de los animales, series, películas y tecnología.
- Mark WilsonSenior news editor