Mi madre ha perdido su cuenta de Facebook y una década de su vida digital ha desaparecido

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(Image credit: Future)

A mediados de junio, alguien robó la cuenta de Facebook de mi madre. Me pidió ayuda, y con tantos otros incendios que apagar — aparatos que revisar, artículos que escribir, cenas que preparar, mascotas que cuidar, una despedida de soltero que planear — su problema se cayó en el camino. El problema es que, ahora que Facebook ha limitado radicalmente su proceso de recuperación de cuentas, no hay forma de recuperarla. Una década de su vida digital ha desaparecido para siempre.

Al igual que casi tres mil millones de personas en todo el mundo, mi madre ha almacenado parte de su vida en Facebook, sobre todo en fotos de vacaciones e hitos, pero también la red de personas con las que se ha mantenido al día a lo largo de estos años en la red social más popular del planeta. Es su único vínculo con muchas de estas personas. 

En un año normal, perder estas conexiones sería devastador. Pero no ha sido un año normal: como otras personas de 60 años, mi madre se ha quedado en casa, y Facebook ha sido su única vía de comunicación con el mundo exterior. La pandemia ha arrasado con nuestra vida social, y hemos recurrido a alternativas online, pero para muchas personas mayores, Facebook es el único lugar al que acudir. Y ahora, cuando las cosas empiezan a abrirse otra vez, sus amigos y grupos están planeando cosas sin ella. 

Mi madre no tenía autenticación de doble factor en su cuenta. Ya le cuesta recordar sus contraseñas. Podría haber hecho clic en la alerta de correo electrónico que le notificaba que su contraseña de Facebook había cambiado, pero no lo hizo, pensando que se trataba de una estafa. Nos han entrenado tanto para estar atentos a los mensajes no oficiales que apenas podemos distinguir cuando se trata de uno real.

Ahora, gracias a la forma en que Facebook ha configurado la recuperación de contraseñas sin un contacto de servicio al cliente al que acudir, sin un ser humano con el que razonar, sin una autoridad a la que exponer nuestro problema, todos esos recuerdos y amistades digitales han desaparecido. 

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Facebook no da respuesta

Si buscas "recuperación de cuentas de Facebook" en Google, encontrarás media docena de métodos porque Facebook ha cambiado su proceso muchas veces a lo largo de los años. Tiene sentido: a medida que la red social crecía e instituía métodos de seguridad más complejos, los estafadores se volvían más sofisticados en su método de robar cuentas. 

Por eso verás en Internet algunos métodos para recuperar tu cuenta, como hacer que tus amigos informen de que ha sido hackeada. Algún recurso, algún método. Pero ahora, si alguien entró en tu cuenta y cambió la contraseña y el correo electrónico de recuperación, estás acabado. Porque, a pesar de que Facebook lo llama "Centro de ayuda", esta página web sólo ofrece una vía para restablecer la contraseña: enviarla a la dirección de correo electrónico registrada. 

Y claro, esa dirección es la del hacker.

Hay una breve ventana para impugnar el cambio de contraseña: si haces clic en el correo electrónico de posible suplantación de identidad, hay un enlace — ahora ya caducado en el caso de mi madre — para informar a Facebook de que se trata de un acceso no autorizado. Pero ahora no hay nadie a quien presentar nuestro caso. El hacker tiene la última década de la vida digital de mi madre. Y el acceso a todas las cuentas de otros servicios a las que se registró usando su identidad de Facebook — ya sabes, como Facebook anima a hacer a sus usuarios

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Activa la autenticación en las cuentas de tus padres ya

El jugador de béisbol Vernon Law no podría haberlo dicho mejor: "La experiencia es una maestra difícil porque primero da la prueba, la lección después". Aunque la lección aquí es, obviamente, añadir la autenticación de 2 factores a todo, también es que necesitas hacer esto por tus padres y abuelos. Sus vidas digitales — no sólo las financieras, sino también las sociales — deben estar protegidas.

La mayoría de ellos probablemente no dará el salto al próximo Facebook, si es que lo hay. Sus amigos están en esa red social, y también su historia digital. Ya están instalados: están (digitalmente) en casa.

Como cualquier ser humano del planeta, no querrán pasar por más molestias para entrar en sus cuentas. Es difícil. Descarga una aplicación móvil gratuita de autenticación (Google Authenticator, Microsoft Authenticator o Authy), carga la llave de Facebook en ella o configura una clave de seguridad por mensaje de texto. Convénceles para que abran su teléfono para autenticarse cada vez que quieran desplazarse por su línea de tiempo y comentar otras publicaciones. Haz también que cambien su contraseña al primer indicio de actividad extraña.

Porque si no lo haces y un hacker los bloquea, no tendrás muchos recursos más allá de tuitear desesperadamente a cualquier cuenta relacionada con Facebook. O escribir en un blog como éste suplicando que Facebook te escuche. 

Esa es la realidad: Facebook: te ruego que te pongas en contacto conmigo en Twitter o por correo electrónico [david(dot)lumb@futurenet.com] para recuperar el Facebook de mi madre. Te prometo que activaré la autorización de 2 factores en cuanto ella entre la cuenta.

David Lumb

David is now a mobile reporter at Cnet. Formerly Mobile Editor, US for TechRadar, he covered phones, tablets, and wearables. He still thinks the iPhone 4 is the best-looking smartphone ever made. He's most interested in technology, gaming and culture – and where they overlap and change our lives. His current beat explores how our on-the-go existence is affected by new gadgets, carrier coverage expansions, and corporate strategy shifts.