Ethereum es una víctima de su propio éxito

Ethereum 2.0
(Image credit: William Hague / The Ethereum Foundation)

Ethereum es una de las mayores innovaciones tecnológicas del siglo XXI. Su versatilidad — desde las transacciones de servicios financieros hasta los libros de contabilidad digital en muchas industrias — lo han establecido como una de las herramientas más importantes de la transformación digital. Sin embargo, en los últimos años, Ethereum se ha vuelto mucho más lento y caro de lo que solía ser. Una transacción puede tardar horas en procesarse a través de la red, y el coste por transacción puede llegar a ser de 40 dólares.

Con el auge de las NFT basadas en Ethereum — que están arrasando en el mundo del arte y la música — la demanda no hará más que aumentar, elevando aún más los precios y los tiempos de las transacciones. Esta tendencia plantea la pregunta "¿deberían las empresas renunciar a Ethereum y buscar una forma alternativa de procesar sus transacciones?" No se puede negar que Ethereum ha superado la demanda prevista, pero eso no significa que todavía no pueda superar otras opciones. 

Aquí os cuento los principales problemas de Ethereum, por qué no debemos renunciar a él y cómo podemos hacer que funcione de forma rápida, escalable y rentable.

Acerca del autor

Alan Vey es co-fundador y CEO de Aventus Technologies

Los problemas de Ethereum

Uno de los conceptos erróneos más comunes sobre las blockchain públicas — especialmente Ethereum — es que es una solución menos segura o más vulnerable que una red privada. La realidad es que Ethereum es altamente segura y mucho menos vulnerable que un servidor en la nube, ya que todo es código abierto y ha sido validado públicamente en todo el mundo. 

El verdadero problema es el ancho de banda.

Cuando los desarrolladores sentaron por primera vez las bases de lo que ahora se ha convertido en el mayor protocolo público blockchain, no había forma de que pudieran prever los niveles de demanda actuales. En su punto más alto, las transacciones de Ethereum pueden alcanzar más de 1,4 millones de transacciones en un solo día. Esto palidece en comparación a la red Visa para pagos con tarjeta — que pasa más de 65.000 transacciones por segundo. De hecho, por su arquitectura, Ethereum tiene un límite diario de 2.592.000 transacciones al día.

También hay un problema con los altos precios del coste por transacción — lo que se llama el "gas" — y de la inconsistencia de sus precios. 

El precio del gas en un momento dado lo fija la demanda de la red. El volumen de transacciones que pasan por la red fluctúa de forma significativa a diferentes horas del día o en torno a determinadas fechas. Esto hace que sea casi imposible predecir cuánto costará cada transacción y prever su flujo de caja global.

Para entender la magnitud de este problema. pongamos el ejemplo de un programa de devolución de dinero con tarjeta de crédito que utiliza Ethereum para procesar tus transacciones. Si uno de tus minoristas asociados ofrece un 10% de devolución de dinero en todas las compras, cada compra realizada consistirá en una transacción en la que tú facturarás al minorista el 10% de la compra y otra en la que ese 10% se devolverá al cliente. Dependiendo de la hora del día, el coste de esas transacciones podrían estar entre 0,20 y 40,00 dólares independientemente del volumen de la transacción. Esto afectaría enormemente a la rentabilidad de tu negocio.

¿Por qué mantener Ethereum?

Pero, a pesar de los problemas señalados, Ethereum es de lejos la mejor opción para muchas aplicaciones. Una solución blockchain de Ethereum puede construirse, implementarse y ejecutarse indefinidamente sin ningún tiempo de inactividad, con bajo riesgo de fraude y sin interferencia de partes maliciosas.

Cuando se piensa en lo que Ethereum permite hacer a una empresa, es claramente superior a otras solución que no usen blockchain. En el núcleo de Ethereum para empresas se encuentra un contrato inteligente: piezas de código que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen una serie de requisitos predefinidos. Si aplicamos esto al anterior ejemplo de devolución de dinero — en términos muy sencillos — significa que cuando un cliente realiza una transacción, se cumple un requisito que automáticamente factura al minorista el 10% y paga al cliente su cashback.

Si esto se hiciera con un libro de contabilidad privado almacenado en la nube, no habría una forma sencilla de automatizar este proceso. Si quisieras crear una red de permisos de cualquier tipo, tendrías que hacerlo tú mismo contratando a un costoso equipo de desarrolladores y expertos. O pagar una gran cantidad de dinero a una gran empresa de software para que la desarrolle. O utilizar una solución de software que sea robusta y esté bien establecida, pero que no va a darte toda la funcionalidad que necesitas. Ethereum, en cambio, lo tiene todo automatizado y no tienes que gestionar todo el ecosistema. 

Y como su red pública abierta que ha sido probada en el mundo real durante años, Ethereum es intrínsecamente más segura que cualquier red privada y es extremadamente versátil. La puedes moldear para que funcione en una serie de aplicaciones.

Paradójicamente, es esta flexibilidad y versatilidad la que ha traido los principales problemas asociados a Ethereum. Antes se decía que Ethereum era "genial para las microtransacciones", pero hoy en día eso ya no es cierto. Mucha gente está utilizando la red para una gama inviable de aplicaciones, grandes y pequeñas.

¿Puede funcionar todavía?

Por otra parte, si Ethereum no funcionara extremadamente bien, las tarifas por transacción simplemente se habrían reducido con el tiempo por falta de demanda y uso, a medida que empresas migraran a opciones alternativas. Este no ha sido el caso, así que podemos concluir que el valor de Ethereum sigue siendo evidente para muchas organizaciones diferentes. La pregunta vital ahora es, ¿cómo podemos seguir utilizando Ethereum a pesar de sus problemas? ¿Y cuántos de estos problemas pueden ser eliminados en el futuro?

Hay dos escuelas principales de pensamiento para proteger la red en el futuro. 

La primera es Ethereum 2.0, una importante actualización del funcionamiento de Ethereum que promete aumentar su ancho de banda y reducir las tarifas de gas. Ethereum 2.0 se está probando actualmente con la "Medalla Testnet", en la que participan más de 20.000 validadores de todo el mundo. Sin embargo, este nuevo Ethereum ha estado plagado de retrasos y contratiempos — la red principal debería haber entrado en funcionamiento el año pasado.

Además, entre las muchas preocupaciones de la comunidad de desarrolladores está la seguridad de Ethereum 2.0, junto con dudas sobre su escalabilidad. Según la red de pruebas Testnet, Ethereum 2.0 será capaz de realizar unas 3.000 transacciones por segundo. Esto es mucho mejor que las 15 del Ethereum actual, pero aún no se acerca a las 65.000 transacciones por segundo de Visa.

La segunda escuela de pensamiento es la idea de crear soluciones en una segunda capa diseñadas para resolver los problemas de Ethereum. Esta segunda capa gestionaría las transacciones fuera de la cadena principal de Ethereum, pero aprovechando las mismas ventajas de la red. En teoría, tiene la capacidad de resolver el problema de las tasas por transacción, la velocidad y la escalabilidad.

Hay decenas de soluciones de capa 2 disponibles para la empresas. La clave para cualquier empresa pueda utilizar una solución de nivel 2 es evaluar exactamente lo que quiere conseguir. Las mejores soluciones de capa 2 pueden mitigar por completo los problemas de coste, velocidad y escalabilidad para hacer que Ethereum funcione de forma eficiente e indefinida para cualquier caso de uso.

El futuro de Ethereum

No cabe duda de que Ethereum tiene un potencial increíble. No hay ninguna otra solución que ofrezca este conjunto de funciones. Pero, a medida que el espacio de la cadena de bloques sigue expandiéndose, es crucial que el mercado siga buscando formas creativas de aplicar la tecnología y aporte valor a diferentes industrias. 

Parece que la mejor opción por ahora es ampliar la capacidad de las soluciones de capa 2 para parchear todos los problemas existentes y construir una base sólida para una amplia gama de aplicaciones.

Alan Vey is co-founder and CEO at Aventus Technologies